Mi opinión de la 7ª convención (primera parte)

¡Hola a toda la CoNuVi!

Hoy quiero publicar un post muy personal y poco original. Quiero contarles un poco mi experiencia en la 7ª Convención Internacional de Numismática. La idea de escribir esto tal vez es hacer un poco de sana critica al evento y poder dejar algo de información para todos aquellos que nunca hayan participado y en el futuro lean esto antes de ir o se pregunten como fue este evento.
En esta publicación no voy a poner muchas fotos, porque no he sacado prácticamente ninguna, me la pasé toda la convención participando y tuve poco espacio para sacar fotos (aunque por otro lado muchos de los participantes tomaron miles de fotos).

Introducción

Empecemos entonces poniéndonos un poco en contexto antes de continuar.
La 7ª convención internacional de numismática de Buenos Aires se realizó los días 30 de septiembre y 1° de octubre de 2016 en la sede del Banco Ciudad de Esmeralda 660. La temática de este encuentro fue “las independencias”. El evento fue declarado de interés cultural por la legislatura de la ciudad de Buenos Aires, expediente 2544-D-2016.

Entrada

El evento fue totalmente gratuito, lo que implica que uno podía presentarse ese mismo día en el evento y recorrer la exposición, los puestos de venta y asistir a las conferencias sin pagar un peso. Pero existía una entrada llamada “bono contribución” que podía ser adquirida por el módico precio de $50 (el valor de una moneda en circulación actual de un país limítrofe, unos 3 dólares). Este bono contribución podía comprarse en puerta o adquirirse mediante MercadoLibre. Para este bono contribución era necesario llenar una ficha con nuestros datos y así nos asignaban un precioso bono con un numero propio.

En la página del evento y en MercadoLibre se anunciaba que el bono contribución permitía a su portador disponer de ciertos privilegios, que no quedaban muy claras o que eran muy vagas del estilo “algún regalo”. Yo me comunique con los vendedores del bono para preguntarles que podía esperar de mi bono, tal vez descuentos, o accesos a alguna zona especial o algo. No supieron responderme de forma muy clara. Yo no me hice problema, pues estaba dispuesto a pagarlo solo por la curiosidad y por apoyar al evento, si gracias a mis 50 pesos los conferencistas podían tomarse un café, para mí ya valió la pena. Así que adquirí mi bono vía MercadoLibre, donde fui atendido de forma muy eficiente y cordial. Me enviaron a mi correo electrónico una copia digital a color de mi entrada.

El día del evento

El día viernes 30 de septiembre, a la mañana temprano se había organizado una jornada especial de visita al 1° regimiento de patricios, en la zona de Palermo. Allí la banda militar Tambor de Tacuari interpretaría algunas piezas musicales, se podría ver el izamiento de la bandera, recorrer el museo militar y tomar un desayuno militar. Por desgracia no pude asistir a ese evento, llegando incluso a plantearme faltar a mis otras responsabilidades para asistir. Yo ya me había anotado para participar de esta jornada matutina y no quería perderme la posibilidad de escuchar una banda militar, algo que siempre me disfrutado mucho. Pero lamentablemente no pude asistir. Por lo que he podido ver en fotos y que me han contado algunos que pudieron ir fue una jornada muy amena y un lindo espectáculo para vivenciar. Espero tener otra oportunidad de visitar al regimiento y escuchar un recital.
En la sede del Banco Ciudad, Esmeralda 660 a las 12 del mediodía comenzaron las actividades. Se realizó la apertura del evento, con la recepción y acreditación de los participantes y se abrió la sala de profesionales.
La sala de profesionales consistió en una feria de puestos de los más reconocidos mercaderes de la numismática, notafilia y (clandestinamente) filatelia.
Nuevamente, no pude estar presente en la apertura, pero fue más un momento de trámites que un evento, ya que no hubo actos ni ceremonias, que yo sepa. Recién pude llegar un rato antes de las 14 horas.

Mi recepción

Llegué a la sede del Banco Ciudad y pude ver un cartel que anunciaba el evento. Entré, una persona de seguridad me informo que en efecto me encontraba en el evento y me pidió que le mostrara el contenido de mi mochila. Esto podría parecer un incordio, pero con la pinta de terrorista que llevo y el hecho de que siempre cargo con una gran mochila en la espalda para poder llevar mis libros y demás objetos, era de esperar. Una vez pasado el control de seguridad uno accedía a un pasillo con vitrinas en donde estaban expuestas algunas piezas. Había una amplia variedad que podía conformarnos a todos (excepto a los filatelistas), billetes, medallas, monedas y reproducciones de equipamiento de los patricios. Al final de este pasillo estaba la mesa de recepción.
Me acerqué a la mesa y les dije que había comprado el bono. Después de facilitarles mi número de bono me lleve la primer gran sorpresa. Me entregaron el bono muy bien impreso en cartón junto con una “eco-bolsa” del banco ciudad que contenía una bolsita con el logo de la convención y un montón de folletería. Además, me entregaron una lapicera con el logo y un block de notas precioso, con sus páginas impresas con muy buen gusto.

Miré un poco las piezas expuestas y subí por ascensor rápidamente al cuarto piso, donde era la primera conferencia. En el cuarto piso me encontré totalmente solo y sin ningún cartel que me indicara donde ir. Al cabo de unos segundos descubrí una puerta abierta que me permitía acceder a la sala de conferencias.
La sala era un espectáculo, con su escenario y gradas muy cómodas. Rápidamente me ubiqué y empecé a mirar el contenido de mi bolsita, esperando encontrar algo que había leído en convenciones anteriores, una medalla conmemorativa del evento. No la encontré, lo que fue una gran decepción para mí. Yo había leído que en general regalaban una medalla a los asistentes y que incluso uno podía comprar unas medallas de plata y bronce por $500 la de bronce y las dos de bronce y plata por $3.000.

Los minutos pasaban y la primera conferencia no empezaba. Para matar el tiempo empecé a leer el ejemplar de “El Telégrafo” que me habían regalado con mi bolsita. Encontré muy interesantes los artículos que allí se publicaban.

Pasados unos 20 minutos comenzó la primera conferencia del día “1776-1816, el épico camino hacia la independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica” a cargo del General Carlos M. Marturet. Esta conferencia fue sin dudas, si no la más apasionante, la segunda. Los hechos que relato, su cadencia y diapositivas nos tuvieron a todos en los bordes del asiento muy enganchados. Fue una charla no sobre numismática específicamente, sino sobre la historia militar y política que llevo a la conquista de la primera acuñadora de monedas del país. Les recomiendo a toda esa conferencia cuando esté disponible en YouTube.
Terminada esta conferencia, nos dejaron 15 minutos de descanso. Aproveche estos minutos para ir a la sala de profesionales en la planta baja. Allí encontré comerciantes de renombre, incluso extranjeros. Me volví loco, había tanto para ver y para comparar que yo no sabía que quería llevarme. Decidí solo mirar y comprar al día siguiente, cuando ya lo hubiera pensado mejor. Allí me encontré no con uno, sino con dos personas de mi facultad y específicamente del departamento de geología. Mi felicidad no pudo ser más grande. Ellos me contaron que podía ir a buscar las dos medallas del evento con mi entrada a un puesto ubicado en la sala de profesionales, así que me apronte a retirar mis medallas luego de que me sellaran el bono.

Luego comenzó, nuevamente tarde, la conferencia “Desarrollo independiente de amonedación moderna” a cargo del ingeniero holandés Hasse Wiersma. Su disertación en ingles empezó un poco desconcertando al público, porque comenzó hablando en un inglés muy bajito, que dificultaba escucharle, pero que luego era traducido a un español perfectamente audible. Para muchos imagino que su conferencia no habrá sido tan interesante, a mí me abrió las puertas a un nuevo mundo. El señor Wiersma se dedica a fabricar medallas y monedas por fuera de cualquier institución, algo que yo no había concebido hasta la fecha. El y su equipo de trabajo desarrollan nuevas técnicas para sorprender con sus diseños. En especial ellos se encuentran orgullosos de sus monedas y medallas con mucho relieve, que consiguen con cospeles que ya poseen algo de relieve y sus técnicas de incrustación de diversos materiales. Lo que su equipo de trabajo hace es un poco extraño, y a mí personalmente no me termina de convencer. Ellos trabajan todo el año diseñando monedas y medallas, pero sin saber a quién se la van a vender. Un ejemplo que utilizo fue una moneda de elefante que diseñaron recientemente, donde habían trabajado la imagen y la simbología, pero que no sabían quién sería el país emisor. Evidentemente algún país con elefantes, pero aun nadie se decidió por comprarles la moneda. Yo estoy más acostumbrado a un proceso tradicional en donde un país decide acuñar una moneda nueva, propone un tema y luego se diseña en base a la temática. Pero bueno, no es que un método sea mejor o peor. Las monedas y medallas de la empresa NumisCollect son muy caras (rondando los 3.000 10.000 pesos en diferentes casos) y son en general, piezas de colección. El señor Wiersma tuvo la buena idea de dejarnos juguetear con sus piezas una vez terminada la conferencia. Incluso tuve la oportunidad de tener una gran moneda en la mano con un meteorito de “Campo del cielo” incrustado. Decidí no preguntar sobre la legalidad de ese meteorito para no faltar el respeto, ya que actualmente uno no puede quedarse con un meteorito argentino, lo que no impide que en el mercado internacional sean comunes, incluso en grandes museos.
Pasado otro intervalo de 15 minutos comenzó la última conferencia del día “el financiamiento de las independencias y la reacuñación de las primeras monedas patrias en Brasil” a cargo del Uruguayo Horacio Morero. Esta charla fue nuevamente muy interesante y a muchos nos dejó ver un nuevo mundo numismático que desconocíamos. Se trató de una interesante charla sobre como los Reyes de Portugal, viviendo en Brasil durante las guerras Napoleónicas, compraron monedas brasileras y del mundo para reacuñarlas con un valor más alto en moneda circulante brasilera. Impresionantes fotos acompañaron su charla, en donde podía verse el sol o el escudo argentino bajo la simbología de la moneda de Brasil. Al final de la conferencia realizo una pregunta sobre su propia charla con la que regalaría su libro a quien respondiera correctamente… hubo tal descontrol que volvió casi imposible ver quien respondió correctamente, pero hubo un ganador.
Al finalizar la conferencia llego el momento más esperado por todos, ¡la merienda de café con masas! La verdad es que no puedo quejarme, comimos una barbaridad, pero agradecería que el banco busque la forma de hacer ese encuentro en un lugar más grande, porque nos apelotonamos todos en la puerta de la sala de conferencias y había muy poco espacio. El café voy a evitar criticarlo demasiado, porque se dejó tomar jajaja. A su vez también cerró la sala de profesionales.
Después de media hora de charla con coleccionistas y de conocer al gran Pablito Kubaczka, que me trato como si nos conociéramos de toda la vida, empezó la inauguración oficial del evento. Grande fue la sorpresa de todos cuando reingresamos a la sala de conferencias y vimos a los Patricios formados con sus instrumentos. El director de orquesta nos contó un poco sobre la historia de las piezas que iban a tocar y nos dieron un pequeño recital, que fue un gran espectáculo, a pesar de que se les había hecho tarde por los retrasos en los inicios de las conferencias. Luego de una breve reseña de los eventos anteriores y de las palabras de bienvenida nos invitaron a juntarnos en el Hall central, donde se realizó la actividad sorpresa.

Rápidamente todos corrimos escaleras y ascensores abajo para ver con que nos íbamos a encontrar. Velozmente se armó una bola de gente que impedía a los que median menos de un metro ochenta ver lo que había. Aquí es donde tal vez habría que replantearse la forma de hacerlo, porque fue mucho descontrol. La actividad consistió en poder utilizar la máquina que imprime la denominación 100 millónes en los billetes (que forman parte de la colección del banco) en unos cartoncitos preparados para la ocasión. Fue una muy linda actividad.

Yo aproveché para visitar el stand de la Asociación Numismática de Buenos Aires, donde adquirí un muy lindo porta monedas. Dude mucho si comprármelo o no, aunque era barato, porque no sabía para que utilizarlo. Pronto tuve una idea, es un lindo objeto para llevar encima cuando voy a comprar monedas, así puedo ponerlas allí a medida que las voy comprando y no se arruinan cuando las llevo en los bolsillos o en la mochila o en la billetera.

Y así termino el primer día de jornada. Donde nos fuimos todos muy emocionados y con ganas de que empezara el segundo día de la convención.

¡Saludos a toda la CoNuVi!!! ¡Nos vemos en internet!

León.