La Colección Gonzaga – D' Este: Una costumbre poco aconsejable
Hace un tiempo conocí la historia de las piezas que voy a mostrar aquí.
Estas monedas y sus contramarcas me dejaron perplejo. Por un lado, triste, porque la circunstancia de que un numismático reselle sus propias monedas, me parece desastroso, sobre todo si el sello es una marca que arruina la moneda casi tanto como un orificio… pero por otro, y tratándose de un resello que fue colocado por un poseedor tan ilustre como la familia Gonzaga (si bien antiguamente se discutió como posible propietaria a la familia D'Este, según las hipótesis) hace estas monedas en extremo curiosas, y poseedoras de un plus ambiguo: por un lado, han quedado tocadas, mancilladas, y eso es un menoscabo… por otro, se las reconoce como monedas de una colección del Renacimiento (no se sabe si estas marcas fueron colocadas en el siglo XV o XVI), lo cual les agrega un pedigree interesante, añadido para siempre en el cuerpo mismo de las piezas, ya que se trata de un resello en el campo de las monedas.
La contramarca, que consiste en un águila acuñada sobre un pequeño sello de metal, el cual a su vez era adherido al flan de la moneda mediante un golpe de punzón), fue estampada en muchas monedas imperiales romanas, algunas republicanas y unas pocas griegas, y generó antiguamente mucha especulación en el campo numismático acerca de su origen.
Según Cavedoni (Atti e memorie dell'Accademia di Scienze, Lettere ed Arti, 1825), quien se basó su vez en especulaciones de Maffei y Eckel, el sello pertenece, como dije, a la familia D'Este, rica y poderosa estirpe de la región italiana de la Emilia Romana, cuyo blasón incluía un águila.
La aseveración que acabo de exponer, no obstante, contradice lo que aseguraba Spanheim (Dissertationes de praestantia et usu Numismatum antiquorum [1717]), quien atribuyó la estampa a la familia Gonzaga, gobernante en Mantua, ciudad famosa por haber sido cuna de Virgilio, los Gonzaga poseían un escudo que también contaba con un águila, y que le había sido conferido en 1433 por el emperador del Sacro Imperio Romano germanico Segismundo a quien entoces era cabeza de la familia, Gian Francesco Gonzaga (1395-1444), animal heráldico que se grabó en las monedas de Mantua por más de dos siglos.
Simonetta y Riva (QT VIII, 1979), revisitaron la controversia, determinando que la contramarca en realidad pertenece a la familia Gonzaga.
El resello tenía como función inventariar la colección numismática de los Gonzaga, que contaba con importantes piezas romanas imperiales, si bien en 1628 la colección fue dispersada por problemas financieros de la familia.
En otro artículo de 1983 (QT XII), fue presentada por los mismos autores que sostuvieron en 1979 el origen de la contramarca en los Gonzaga, una evidencia más de su afirmación: se trata de un texto desconocido hasta ese momento, titulado Voyage d'Italie curieux et mouveau (Lyon, 1681), que refuerza la conexión Gonzaga del resello del águila.
Jean Huguetan, el autor del texto citado, comenta que en su viaje a Mantua escuchó acerca de la colección Gonzaga, cuyas monedas, si bien habían sido dispersadas bastantes años antes, eran todavía reconocibles à une petite aigle dont on les avoit marquées (una pequeña águila con la cual habían sido marcadas), aclaración que es la fuente en la que se basó el trabajo posterior de Spanheim (1717), cuando expresa que las monedas con el resello en cuestión habían pertenecido a los Gonzaga, a juzgar por el águila en esos ejemplares grabada, ex insculpta in iis, Gonzagarum insigni, Aquila.
La confusión con la familia D'Este tuvo su origen en que muchas piezas habían pasado a su posesión, luego de las uniones matrimoniales entre ambas familias.
Por suerte, se trató de un caso aislado en la numismática… no quiero ni pensar cuántas monedas habrían sido ofendidas en su belleza si esta costumbre se hubiese extendido entre los humanistas y ricos propietarios de monetarios renacentistas italianos…
Ahora bien, aislada y particular como fue esta costumbre, y ya que pocos ejemplares numismáticos sufrieron su resello, la cosa no es tan lamentable, y le añade un toque más de asombro al mundo y a las costumbres del coleccionismo… en la excentricidad de un numismático que no dudaba en agregarle su sello personal a monedas muy valiosas, de las que aquí pongo algunos ejemplos.
Denario republicano de la Gens Sulpicia, con la antigua marca que evidencia que sobre ese lugar estuvo adherido el pequeño sello con el águila (un tanto borrosa) ante el rostro del anverso.
Dracma de Larissa (ca. 400-380 a.C.) con el resello D'Este-Gonzaga más claro: se trata de un águila perfectamente visible en este caso:
El resello del águila y su origen en el escudo de la familia.
Moneda provincial romana (Tracia, Bizancio, a nombre de Caracalla (198-217 d.C.) con el resello que la acredita como perteneciente a la colección Gonzaga.
Otra pieza romana con la contramarca:
En verdad -y considerando que fue un caso excepcional- creo que estos pequeños resellos le agregan un toque de distinción a estas monedas y u plus de historia, que obligadamente llevan a cuestas… pero por otro, desde mi aprecio por las monedas mejor conservadas y sin intervención posterior en el campo de sus datos, sus diseños y su belleza, creo que si hubiese sido posible evitar que el resello fuese colocado, no habría dudado en evitar semejante intervención… ¿qué opináis vosotros?
Diego Márquez Robledo. (http://estudiosdenumismatica.blogspot.com.ar/2012/03/la-coleccion-gonzaga-d-este-una.html http://estudiosdenumismatica.blogspot.com.ar/2012/03/la-coleccion-gonzaga-d-este-una.html )
Muy buen aporte!
Lamentablemente antes del siglo XIX (o mas bien hasta el siglo XX) no se apreciaba a la moneda antigua mas que como quien colecciona latas de bebida, lo único interesante era tener la mayor cantidad, o a lo sumo, tratar de tener la lista completa de los Emperadores mas conocidos o los tipos mas raros. A pocos les importaba el sistema monetario romano, la catalogación seria, las unidades, etc. No es de sorprender que hayan marcado semejante patrimonio histórico cultural.
Hoy sería tildado de ignorante y blasfemo quien le hiciera eso a sus monedas.
Excelente Info.
Un extraordinario aporte, me gusto mucho, +5
Concuerdo con @KIWITI75, para mis es un tema de costumbres, en realidad hoy seguimos haciendo lo mismo solo que con otros metodos, en algunos casos metodos no invasivos y en muchos casos mas venignos, hoy ya no se usa una marca o contramarca, si no, capsulas, folios o cartoncitos, cada uno con sus pros y sus contras, nadie negaria que los folios blisters y sobrecitos no han causado daños a las monedas, en algunos casos irreversibles.
Yo en lo particular hago lo mismo, solo que yo catalogo con un software, guardo la moneda en un cartoncito y en el pongo el numero de inventario, con lo que yo se su historia, cuando la obtuve y a quien la di ya sea en intercambio/venta o simplemente regalo. Posiblemente dentro de 400 años me tilden de idiota irresponsable por haberlo hecho.