Osvaldo Rojas, mi amigo.

Hola amigos de la CoNuVi… Quizás algunos me conozcan, ya que participé de las primeras juntadas de cuando estábamos en Taringa. No importa, este es mi primer post, un poco vago de mi parte por no hacerlo antes, aunque siempre estoy viendo y comentando los post de, la vieja comunidad y de esta hermosa página.

Bueno… Hoy me motivó a escribir un tema muy triste que es, la perdida de un gran amigo y un gran numismático. Estoy hablando de Osvaldo Rojas. Yo estoy seguro de que muchos de la Conuvi saben de quien estoy hablando. También quizás les haya extrañado la desaparición de su lugar que mantuvo durante muchos años.
Osvaldo, mi gran amigo, era el viejito que tenía un puesto numimático en la feria que se encuentra en la plaza de Morón, ahora seguro lo sacaron, no?. Osvaldo tenía 80 años, él era argentino, aunque nació en Chile. Nunca escribió un libro, no participaba de convenciones numismáticas, siquiera de subastas, tampoco se codeaba con los grandes numismáticos conocidos de acá para discutir temas, ni nada de eso, aunque conoció a todos desde Carlos Janson para abajo, pasando por el el hermano de Janson, los de la feria de caballito, en la cual estuvo hace años, hasta todos los que tienen local en la galería corrientes angosta. A todos conoció y pudo contarme muchas anécdotas numísmaticas de cada uno de ellos. Osvaldo era muy respetado cuando entraba a la galería de la calle Corrientes. Él empezó a coleccionar monedas hace mas de 60 años y hasta tenía un propio catalogo hecho por él mismo, que nunca logré que me lo muestre, por esas cosas de… que se yo. Osvaldo lo que sabe lo sabe por la calle que él mismo caminó, no por catálogos ni internet… Hace mas de 50 años que vende monedas y billetes con su puesto al principio, intinerante por diferentes plazas de Capital y provincia de Buenos Aires. Uy estoy viendo que no me puedo acostumbrar a decir que vendió, que supo etc.
El viejito, como le decía yo, fue quien me introdujo hace algunos años en el mundo de la numismática. Yo tenía un frasco con muchas monedas extranjeras europeas y algunas argentinas, que, siquiera sin saber que existía una metodología de coleccionismo y estudio llamado numismática, seguía ampliando muy de vez en cuando. Un día caminando por la feria de Morón me topé con su puesto. Oohh… no lo podía creer. En mi adolecencia nunca conocí a alguien como yo, lógico que luego me explicó que éramos muchos. No sabía por donde empezar, me acuerdo que ese día le compré cobres de 2 centavos y muchas monedas extranjeras que me llamaron la atención. Como el viejito solo estaba los fines de semana, era fijo que pasara todos los viernes cuando salía del trabajo a ver que novedad tenía y sobre todo para hablar con él. Osvaldo nunca vendió una moneda a nadie sin contarle una historia o la historia de tal pieza. Yo tenía mil preguntas, imaginense, era al único que estaba en esto que conocía y era quien calmaba mi ansiedad numismatica. Su experiencia me aconsejó a seguir un camino de coleccionismo, "ya que el mundo numismatico es muy grande para abarcarlo todo", me decía. Elegí coleccionar monedas de circulación argentinas. Me enseñó la forma de mantener ordenada una colección. Sobre todo me explicó el porqúe del alto valor de muchas piezas Argentinas, que en el catalogo marcan con un gran numero de acuñación respecto a las de su misma serie sin embargo son las que mas valen, por ejemplo la de 2 centavos de 1887, entre otras. Esa es una historia que atesoro en mi corazón numismático y quizás pocos la sepan. Alguna vez la contaré cuando los vuelva a ver.
Tuve que aprender a controlar mis emociones, no solo mi impulso consumista. Mis emociones.
Era cosa de salir del trabajo y tomar el tren de Liniers a Morón solo para encontrarlo a él. Cuando estaba llegando a Morón con el tren, era tal la excitación que tenía palpitaciones, cuando caminaba la cuadra anterior a la plaza de Morón, no veía, no sé como cruzaba la calle. Solo quería encontrame a hablar con mi amigo. La numismática era mi pasión, sin dudas. Era muy grande mi angustia cuando no lo encontraba, ya sea porque el tiempo o por una gripe suya, lo impedía. Entonces preguntaba a los demás feriantes si lo habían visto. Si no lo encontraba el viernes, pasaba el sábado, si tampoco lo encontraba pasaba el domingo, si seguía sin aparecer lo esperaba la siguiente semana… y así. Me tranquilizaba saber que era una gripe o algo así, nada mas. Yo lo quería mucho al viejito. Aunque yo le decía que no vaya a feria con el tiempo malo, era Osvaldo quien me aconsejaba mucho mas en todo aspecto de mi vida.
Osvaldo siempre estaba en el puesto tomando su té. Siempre lo ibas a encontrar tomando su té o mates a la tarde y jugando al ajedrez con uno de los feriantes. El viejito tenía un proveedor de monedas que lo abastecía todos los meses. Pero no sería un numismático de la vieja época y a quien yo quiero hoy recordar si no fuera, porque él mismo se acercaba a la acasa de alguien que decía que tenía monedas o billetes para vender. Él la caminaba. Encontró piezas increíbles en lugares impensados. No solo en el intercambio. Me acuerdo de algunas. Patacones excelentes, incrustados no agujereados, en rastras, en un establo en Luján. Una moneda, muy buena por cierto, si no me equivoco de 8 reales de 1835 de la misma forma en un adorno. Me acuerdo de un ensayo de moneda Inglesa que quien sabe como fué a parar con una señora que también le proporcionó una colección de variantes de monedas de 10 y 20 centavos de patacón que hoy tengo el gusto y honor de poseerlas. Entre piezas sin circular y flor de cuño que poseía para ser dispersadas, recuerdo la variante 327.4 que se encuentra en el catalogo de "Janson de 2010" en la parte de errores producidos por rotura o empaste de cuños, es la unica del catalogo que no tiene precio y dice RARA, ya que es la única que existe, Osvaldo se la prestó al hermano de Janson para que la fotografien. Logico que quisieron comprarsela. Debo decir que, mis mejores piezas, de las quiero nombrar a los níqueles, que verdaderamente me siguen apasionando, las obtube de él.
En fin… últimamente el viejito se ausentaba por varias semanas, él me decía que estaba jodido del hígado, o que se habia agarrado una gripe grande. "Esto de voverse viejo no esta bueno", me decía. Yo nunca sabía si estaba enfermo o que. El tenía dos hijas y un hijo. Nunca los conocí, ni siquiera aparecían para avisar que Osvaldo estaba enfermo. Él vivía solo y no tenía telefono. Yo no sabía muy bien donde vivía, sé que era de Moreno. Yo solo sabía donde tenía que encontrarlo semana tras semana. Pero como dije, últimamente faltaba mucho. Entonces un día intentamos salir a buscarlo por donde él decía que vivía con un muchacho de la feria. Nunca encontramos su casa, ni nadie que lo conozca. Ya hacía mucho que no venía. Nunca me dijo que tenía cáncer de próstata. Creo que nunca se lo dijo a nadie de la feria.
La ultima vez que lo ví y hable con él fué antes de la navidad del año pasado. Había quedado en devolverle unas piezas que tenia repetidas que llevé por error. Desde que la hija apareció por la feria para avisar que Osvaldo murió en Julio, no puedo dejar de soñar con ese encuentro, en que le devuelvo las monedas que llevé por error y le pago los pocos pesos que le debía.
Ya no aguanto mas… estoy por llorar otra vez. Ya lo estoy haciendo. Lo extraño.
De la misma manera que lo sentía cuando lo encontraba semana tras semana en la feria, siento esa misma ansiedad de que algo bueno voy a conseguir, ahora mismo siento la misma ansiedad cuando camino la ultima cuadra antes de llegar a la plaza, siento la ansiedad de hablar con él, la sensación de que lo voy a encontrar, tomando su té. Ahora ya ocuparon su lugar con otro puesto. Yo casi siempre dejaba un mensaje en un papelito debajo del mantel de su stand. El ultimo que le dejé estuvo por mucho tiempo. "Osvaldo, decile a Pablo que me mande un mensaje para ir a verte cuando vengas a la feria".
Tengo muchas ganas de hablar con él.
Ya no aguanto mas….
Así era Osvaldo. Muy sencillo, pero un gran numismático.