Nacido cerca de 245 D.C. en Dalmacia y de origen humilde, su nombre era Diocles, su incorporación al ejército en una época donde surgían Emperadores y usurpadores de todas partes, mayormente de los mandos del ejército fue una empresa que le rindió sus frutos. El Emperador Caro lo nombró Gobernador de la provincia romana de Moesia y más tarde, Comandante de la Caballería (Magister Equitum). Caro también asoció con el título de “Cesar” a sus dos hijos Carino y Numeriano, haciéndolos de este modo sus herederos.
De campaña en el este con Carino contra los persas sasánidas, Caro fue victima de un rayo, tras lo que por superstición, el ejército obliga a Carino a volverse a Europa, pero poco después es encontrado muerto. Diocles asegura que nada tiene que ver él y acusa de asesinato a Arrio Aper (Prefecto del Pretorio) y lo ejecuta. Allí es proclamado Emperador por las tropas.
Mientras tanto en Roma, el nuevo Emperador Numeriano se entera de las noticias y sale al choque con Diocles (quien cambia su nombre a uno mas latino; Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto) pero antes Numeriano debe pasar por Panonnia y suprimir la rebelión de Sabino Juliano, otro usurpador. Luego sigue a Moesia y enfrenta a Diocleciano en la batalla del rio Magus, y si bien gana un par de enfrentamientos, sus propios oficiales lo traicionan y es asesinado. La historia dice que fue a manos de un tribuno a cuya esposa Numeriano habría seducido. Nunca lo sabremos porque en el tiempo que siguió, Diocleciano se dedicó a ratificar su derecho a gobernar y ensució la memoria de Numeriano con crónicas exageradas de sus placeres y excesos. De hecho, en la historia que hizo relatar él, la batalla estaba siendo ganada por su ejército y Numeriano sufrió deserciones masivas hacia el otro bando.
Diocleciano quedó así convertido en 284, en el nuevo emperador romano. Su gobierno puso fin a la llamada “crisis del siglo III” o “crisis de la anarquía militar”, aunque al poco tiempo de asumir debió enfrentar una rebelión de los Bagaudae en Galia quienes nombraron nuevos emperadores. Contra ellos, Diocleciano mandó a su compatriota y amigo Marco Aurelio Valerio Maximiano quien los derrotó en 286.
Escultura de Diocleciano Augusto. Museo arqueológico de Estambul
Diocleciano se dio cuenta de que el inmenso tamaño del imperio romano y la convulsa situación que se venía viviendo en las últimas décadas hacían necesario que el trabajo se dividiera y el gobierno se afianzara de otro modo. Por lo que nombró a Maximiano co-emperador, destinándolo a la parte occidental del imperio, mientras que él mismo se dedicó a la parte oriental, esto se conoció como la diarquía (gobierno de dos). Posteriormente en 293, ambos nombraron sendos Césares para darle continuidad al proyecto, en caso de que alguno de ellos falleciera, serían éstos quienes tomarían el mando de sus respectivos Augustos. Diocleciano tomó a Galerio Valerio Maximiano (Galerio) y Maximiano tomó a Flavio Valerio Constancio “Cloro” (Constancio Cloro –“Chlorus” era un adjetivo por lo claro de su pelo rubio-). Este gobierno quedaba así integrado por dos Augustos (en el cual Diocleciano era el Augusto superior) y dos Césares que respondían a ellos. Se lo conoció como la tetrarquía (gobierno de cuatro) y tuvo un éxito inmediato pues a cada uno se le asignó un ejército y un conflicto en particular al cual abocarse. Asimismo se dividió el territorio en diócesis para mejorar el control administrativo y se crearon nuevos cargos separando el mando del ejército del poder político.
División del territorio bajo la tetrarquía
Diocleciano vinculó esta nueva dinastía al Panteón romano, siendo la religión muy importante para la conducción del estado, el emperador también ostentaba el cargo de Sumo Pontífice (Pontifex Maximus) y debía mantener los rituales tradicionales. Por ello, asoció su imagen y su linaje junto con Galerio, al Dios Júpiter, el Dios supremo, mientras que Maximiano y Constancio fueron asociados a Hércules (hijo de Júpiter) mostrando nuevamente quién era el de mayor jerarquía en el poder. Tal es así, que las monedas de Diocleciano y Galerio suelen llevar el rayo de Júpiter, su imagen o la “I” (Iove=Júpiter) y las de Maximiano y Constancio suelen llevar la maza de Hércules, la imagen o la “H” (=Hercules).
Como decíamos, este sistema funcionó en un inicio, pues cada uno tenía su función particular, Maximiano derrota a los rebeldes en África y Constancio acaba con el rebelde Imperio Angloromano recobrando las islas, para luego partir a defender la frontera del Rhin, mientras que Diocleciano se encarga de acallar la revuelta del usurpador Domicio Domiciano en Egipto y Galerio continúa con éxito la ofensiva sobre los persas.
Escultura en porfirio que muestra a los Augustos con sus Césares. Saqueada de Constantinopla en 1204 y emplazada en una esquina de la Basílica de San Marcos, Venecia
Detalle del gorro pannonio que usan los tetrarcas. Se cree que antiguamente llevaban una gema incrustada
En lo monetario, Diocleciano impulsa ya desde su ascenso, una reforma monetaria, el oro se venía acuñando en dos pesos distintos; 6.50g y 4.35g (ambos variables). Diocleciano lo estandarizó a 1/60 de la libra romana (324g) y lo llevó a un peso de 5.4g casi invariables. Con la moneda de plata y vellón, se tardó un tiempo mas y solo lo reformó cerca de 294, introduciendo una moneda de plata fina y peso teórico 3.4g que llamamos “Argénteo” un “follis” (o mas correctamente un “nummus”) de vellón bajo, cercano al 4% de plata y con un baño de metal blanco, peso teórico de 10.8g y que impresiona por su característico gran módulo. A estos se les suman dos monedas menores de bronce, el “radiado” (pues el busto aparece con corona de rayos) y el denario, ambos con pesos teóricos de 3.2g y 1.6g respectivamente. Originalmente el radiado debía valer el doble que el denario, pero el follis por contener plata, valía (se presume) 5 radiados y a su vez, 5 folles harían un argénteo. Además, abrió nuevas cecas y cerró otras, todas las que quedaron operativas siguieron un patrón orientado a responder a un tetrarca en particular y estratégicamente dispuestas a abastecer a los emplazamientos militares. También se canceló por primera vez en la historia, todo tipo de acuñaciones locales, provinciales o coloniales, unificando el modelo monetario imperial (anteriormente los sistemas locales e imperiales convivían tranquilamente aplicándose una tasa de cambio).
Áureo de Diocleciano
Argénteo de Diocleciano. Nótese el reverso con los cuatro tetrarcas
Algunos folles pre-reforma de mi colección, junto con uno post reforma, de Maximiano. Noten la diferencia de tamaños, las siglas “XXI” en exergo y el resto de plateado que todavía tiene el segundo hacia abajo de la fila de la izquierda
Pese a la reforma introducida, la inflación continuó y cerca del 301, Diocleciano lanza un “Edicto de precios máximos” en un intento de frenar los aumentos y declarar en cierto modo, ilegal la inflación. Se conservan partes del mismo pues fue grabado en mármol y distribuido por todo el imperio, gracias a lo cual, sabemos hoy en día el costo del pan y la verdura, el salario de un maestro y el de un legionario. Lamentablemente la fragmentación nos impide saber realmente la relación de valores en la moneda, pero sabemos que sufría devaluaciones. Por ejemplo, el follis pasó a valer de 10 a 25 denarios y a su vez, el argénteo pasó a valer de 5 a 4 folles. El resultado de esto fue que las denominaciones bajas (denarios y radiados) comenzaron a desaparecer y la pureza del argénteo empezó a bajar hasta que se dejó de acuñar definitivamente, pues no tenía más relación metálica con su valor asignado.
Edicto de Precios Máximos (Edictum De Pretiis Rerum Venalium) en un pergamino. Museo de Pérgamo, Berlín.
Mismo edicto en griego, grabado en mármol en la iglesia de San Juan Crisóstomos de Gerakai, Grecia (pedazo reutilizado para la construcción)
Hacia 303 Diocleciano decide continuar con la política de “Tolerancia Cero” iniciada por sus antecesores, hacia el nuevo movimiento religioso que esta invadiendo las filas del ejército y el imperio todo, el movimiento de los llamados “cristianos”. Su crueldad es atestiguada por muchos escritores contemporáneos, generando santos y mártires en el proceso. Fue mas fuerte en la mitad oriental del imperio y la parte que le tocaba a Galerio en especial, pero pese a todo, parece ser que Constancio tenía inclinaciones filo-cristianas y no fue tan cruel con los cristianos dentro de su territorio. A esta persecución religiosa se puede agregar la de los maniqueos de Egipto, a quienes Diocleciano mando a quemar vivos (si eran de clase baja) o condenar a las canteras (si eran de clase alta) incautando todos sus bienes y pertenencias.
Diocleciano puso mucho esfuerzo en reorganizar y mantener el imperio, a costa de guerras, usurpadores e inflación, lo que le pasó factura en su salud. En 305 sufrió una enfermedad que hizo pensar en la sucesión y aunque se recuperó, decidió convencer a su par Maximiano (quien de mala gana debe aceptar) para abdicar en conjunto a favor de los Césares. Es un hecho inédito en la historia de Roma el que un emperador deje voluntariamente su cargo. Se retiró a su residencia en Spalato (actual Split, Croacia) desde donde rechazó varias veces el pedido de senadores y amigos de vestir la púrpura nuevamente, mostrando con orgullo los frutos de su jardín, al cual cuidaba y mantenía con sus propias manos.
Reconstrucción del Palacio de Diocleciano en Spalato por Ernest Hébrard (1912)
Galerio siendo Augusto, acomoda a sus allegados Maximino Daia en oriente y a Severo en occidente para los nuevos cargos de Césares, pero poco antes de morir, Constancio Cloro manda a llamar a su hijo Constantino (luego conocido como “Constantino el Grande”) y le confiere su rango de Augusto, título que hábilmente rechaza, prefiriendo tomar el de César, a las órdenes de Severo para no violar las leyes de la tetrarquía.
Mientras tanto, el hijo de Maximiano, llamado Majencio, se rebela y se nombra a sí mismo Augusto, invitando a su retirado padre a compartir el mando desde Italia. Severo es enviado a derrotar a Majencio, pero es ejecutado por éste. Constantino aprovecha la ocasión y “legalmente” toma la púrpura (se nombra Augusto, pues él era César de Severo -por lo menos en los papeles-), tiempo después Maximino Daia hace lo mismo. La tetrarquía colapsa. En 308 se realiza la Conferencia de Carnuntum, donde se juntan las partes involucradas, inclusive el anciano Diocleciano. De esa conferencia se decide nombrar Augusto de oriente a otro amigo de Galerio llamado Licinio.
Tiempo después en 311, muere Galerio de una dolorosa enfermedad y Maximino Daia aprovecha para tomar los territorios orientales de éste, mientras que Licinio toma los europeos.
Un año después, en octubre de 312 Constantino decide atacar a Majencio. Su ejército es mas chico y no tan experimentado como el de Majencio quien contaba con veteranos de varias batallas. Esta batalla fue tan importante que marcó la historia de los siguientes 1700 años hasta la fecha, pues significó la adhesión del imperio romano a la fe cristiana. No vamos a entrar en detalle en este post, pues el tema se merece un apartado especial, pero cabe decir que la batalla la gana Constantino. Majencio intenta escapar disfrazado de esclavo pero es descubierto y ejecutado.
Restos del cetro y estandartes de Majencio, ocultos previo a la batalla de la que nunca volvió
Un año después, fallece el anciano Diocleciano, quien llegó a vivir para ver su proyecto de tetrarquía convertido en un caos de peleas internas y asesinatos. Fue enterrado en el Mausoleo que tenía preparado en su palacio.
Entrada al Mausoleo de Diocleciano en su palacio de Spalato (Split, Croacia)
Espero que les haya gustado el primer post de una serie que vamos a estar subiendo lo mas rápido posible sobre la historia romana y sus monedas.
Saludos, KIWITI75.- 😎
Espectacular!!!. Muy buena info. Van pustos +10
muy interesante, gracias por compartirlo
Excelente post, la historia es fascinante y mas cuando la relacionamos con la numismatica.
Una pregunta (disculpen mi ignorancia)… que significan las siglas XXI en los folles?
Gracias, van puntos.
Clarisimo…. MIL GRACIAS
Excelente post!! muchas gracias por compartir conocimientos historicos con nosotros y mis felicitaciones por este emprendimiento que lanzan, espero que los siguentes capitulos sean tan buenos o mejores que este!!!
Pero sin presiones eh….
una animalada de post van puntos ( las fotos son tuya ? las de los lugares ?
muy buena redacción para explicar un largo proceso como este.. van porotitos! 😎
¡Gracias! Algunas sí, la foto del cetro y estandarte de Majencio y las de la escultura de la tetrarquía en porfirio son mías (El gordo de lentes que la esta tocando soy yo :mrgreen:).
Si, les dije que se fijaran en eso y no lo aclaré en el desarrollo. Jajaja, un pancho. Por suerte mi amigo Zahir respondió rápido a la inquietud. Esta marca era como decir: \"Si, es de cobre pero algo de plata tiene, así que vale mas\". Uno de los tantos esfuerzos por hacer que la gente aceptara el valor que se le quería dar a la moneda.
Se nota que lo leiste atentamente. ¡Gracias! 😀
Una maravilla Ulises! van puntos. Un abrazo.
Gran laburo te mandaste !!! Interesante !(igual estoy como turco en la neblina :mrgreen:)
+5
¡Gracias! Bueno, la idea es ayudar a que conozcan otra parte de la numis..¡Gracias por pasar! 😀
muy buen post!!!!
Simplemente, espectacular!!!
Muy bueno!! No habia tenido tiempo de leerlo antes. Pobre Diocleciano morirse viendo eso.
Muy bueno el post. Me tomó unos dias encontrar el tiempo de sentarme a leerlo con tranquilad.
Interesante discusión plantean las sucesivas reformas de las tetrarquias. En gran medida el problema reside en que no sabemos en cuantos denarios comunes estaba tasado el radiado tras la reforma de Aureliano. Las opiniones de peso son que valía 2 como el antoniniano o que valía 4 y reemplazo al antoniniano a una ratio 2:1. Yo soy de la idea de que valía 4. En cuanto al follis, creo que originalmente valía 10 denarios comunes, y luego de 301 20, y su relación era de 5:1 con el argenteo. La valuación de 25 denarios comunes ceo que es mas tardía, posterior a que Constantino recuperó Italia, y ahí coincido con Salgado en que el nuevo Centenional introducido en 318 reemplazó al follis a una ratio 4:1. Es interesante, y en cierta medida problemático, notar que cuando Constantino recupera Italia se acuñan en Roma monedas de 24, 16 y 12 denarios comunes.
Muy buen post!! 🙂
Van… 😉