No resulta fácil relatar los hechos de quien marcó tan a fondo la historia de Roma como así también de la Humanidad misma. Constantino I “el grande” (Flavius Valerius Aurelius Constantinus) es considerado por la iglesia ortodoxa, el decimotercer apóstol de Cristo por su gran influencia en el cristianismo, logrando moderar y cementar las bases de la religión cristiana tal como la conocemos hoy en día.
Partes de una colosal estatua de Constantino de ubicación original desconocida, Museo Nazionale Romano, Roma
Su historia nace mucho antes que él, cuando Aureliano peleando y ganando en el frente oriental, se contagia el fervor de sus tropas por una religión local, el Mitraísmo, un culto persa muy antiguo que fue identificado con el dios romano Sol Invictus (Apolo), básicamente un culto henoteísta. Constancio Cloro, el padre de Constantino, también tenía como deidad tutelar al dios Sol, generalmente identificado con una corona de rayos. Era venerado en la celebración del solsticio de verano, entre el 22 y el 25 de diciembre nuestros, de ahí que los primeros cristianos que profesaban en secreto corrieron el nacimiento de Cristo hacia esta fecha para pasar desapercibidos.
Disco con la imagen dios Sol (Helios) coronado de rayos ascendiendo en cuadriga
Mosaico de “Christos Helios” del siglo IV d.C. ubicado en la tumba de los Iulii debajo del Vaticano, que los académicos identifican con un sincretismo entre Cristo y el dios Sol
Constantino no tiene un origen claro, sus detractores han tratado de retratar a su madre como una prostituta o en el mejor de los casos, como una mesera de igual ligereza, mientras que sus seguidores la han representado como una cristiana ferviente con las más excelsas virtudes de humildad y devoción. Lo cierto es su familia manejaba una posta en Naissus (actual Niš, Serbia) donde se ofrecía comida y alojamiento, probablemente ella atendiera las mesas. Allí fue donde el joven militar en ascenso Constancio "Cloro" (apodado así por su claro pelo rubio) conoció a quien sería la madre de Constantino, nacido en 272.
Nummus de Constantino de la ceca de Treveri, acuñado en 316 con leyenda de reverso “SOLI INVICTO COMITI” (Sol Invencible, compañero) –Sol sosteniendo un orbe-
Constancio, en plena época tumultuosa y con una brillante carrera militar en ascenso, no tardó en demostrar sus habilidades. Esto provocó que durante la Tetrarquía fuera nombrado César, (debiendo divorciarse de la madre de Constantino para casarse con la hija del emperador Maximiano, Teodora). Sus destrezas serían aprovechadas para destruir al llamado “Imperio Angloromano” de los usurpadores Carausio y Alecto, empresa que ya se había intentado sin éxito un par de veces, pero que finalmente Constancio logró. Concretada esta victoria, mantuvo el control de Galia, Hispania y Britannia, con base en Treveri (actual Trier, Alemania) muy probablemente acompañado por Constantino.
Fractura tetrárquica
La lógica indicaba que eventualmente, al ascender los Césares a Augustos, éstos designarían a sus hijos Constantino y Majencio con el rango de nuevos Césares, sin embargo, Galerio manipuló a Diocleciano y Maximiano, logrando imponer a sus propios candidatos, Severo y Maximino Daia. En consecuencia, Constantino es conservado como virtual rehén de Galerio (César de Diocleciano) en su palacio de Nicomedia, sin recibir la designación esperada, pero finalmente logra escapar y reunirse con su padre, ya Augusto, cuando éste, en su lecho de muerte lo manda a llamar. El encuentro se produce en Eburacum (actual York, Inglaterra) y Constante le otorga el título de Augusto, contrariando las leyes de la tetrarquía. Constantino hábilmente se da cuenta de esto y sabiendo que su momento llegaría más tarde, acepta solamente el título de César de Severo, lo cual es aceptado de mala gana por los otros tetrarcas. En cambio, su amigo Majencio (quien había sido “huésped forzado” por los mismos motivos que Constantino en el palacio de Galerio), lidera una revuelta y se autoproclama Augusto en Roma. Posteriormente, derrota y elimina a Severo, quien había sido enviado a acabar con su rebelión, dándole vía libre a Constantino para proclamarse emperador en justa ley, siendo el año 307.
Constantino toma Treveri como la capital de su territorio, emprendiendo grandes obras, entre ellas la restauración de la “Porta Nigra” y luego la construcción de la Basílica Constantiniana o “Aula Palatina”, como se la conocía entonces y que era desde donde gobernaba.
Aula Palatina, reconstruida después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (1944)
Porta nigra, Trier, Alemania
Moneda de emergencia de Trier de 1919 con la imagen de la Porta nigra, todo un símbolo de la ciudad. Colección personal (aunque no lo crean)
Entre 306 y 308, Majencio acuña monedas en nombre de su amigo Constantino, al igual que en muchas otras cecas del imperio, en donde, según quien las emitía, el nombrado recibía reconocimientos o deméritos de cargo, en congruencia con el caos político y las alianzas, incluso a veces, superponiendo títulos según la ceca.
El follis (o nummus mejor dicho) de vellón bajo casi bronce, que venía acuñándose en torno a los 10 gramos, sufre una devaluación y pasa a rondar los 6.5 gramos, inicialmente en las cecas controladas por Constantino y luego imitadas por las de Majencio. Más tarde se suceden nuevas devaluaciones que van a llevar a que en 312-3, los folles tengan menos de 2% de metal fino y con un peso cerca de 5g y 3g en las cecas orientales y occidentales respectivamente, y su valor de 10 “denarios comunes” ahora era de 25.
Busto de Majencio, museo de Dresde, Alemania
Majencio había invitado a gobernar en forma conjunta a su padre, Maximiano, pero padre e hijo no tardaron en pelearse, debiendo el primero huir a refugiarse con su yerno. Galerio, viendo como el sistema tetrárquico se derrumbaba, decide convocar a una cumbre en Carnuntum (308), para aclarar los tantos y títulos. Como consecuencia de esta reunión, se nombra un nuevo Augusto llamado Licinio y tanto Maximiano, como Majencio y Constantino, no son reconocidos como augustos, y se les confieren simples títulos menores, decisión que molestó a las tres partes perjudicadas.
En 309 Constantino reforma el áureo (moneda de oro) de 5.4 gramos a 4.5 gramos, llamada ahora “Solidus” (moneda “pura”), aunque pocos años después la moneda de oro se hace casi inexistente.
En cuanto a la plata, el argénteo que valía 4 folles, o sea 100 “denarios comunes” –por lo que es probable que empezara a llamarse Centenional- deja de acuñarse.
En 310, mientras meditaba en un templo galo al dios Apolo Solar, le ocurre una epifanía, es decir una visión, una manifestación divina donde ve al dios Apolo acompañado por Victoria, quien le entrega una corona, augurándole un destino de grandeza y un mandato de 30 años (extrañamente, fue lo que duró, por lo que la historia podría estar manipulada).
Maximiano, luego de conspirar varias veces contra Constantino, es obligado a suicidarse, y Galerio fallece como consecuencia de una horrible enfermedad. Su territorio es devorado por Licinio y Maximino Daia.
Roma, el emperador, el ejército y la religión
En términos muy generales, existió en la historia de Roma una cierta tolerancia al culto religioso diferente al romano. Casi todas eran toleradas, incluso dentro del ejercito había tres escalas de religiones a las cuales rendir culto, la primera, el culto al Emperador y su familia (base del poder imperatorial y de Roma misma, por extensión, si le iba bien al emperador, le iba bien a Roma), la segunda, el culto de la deidad pagana a la cual adhiriera cada legión (esto permitía una cohesión, un valioso espíritu de grupo y pertenencia dentro de una unidad) y finalmente, estaba permitido un culto personal, quizás relacionado al lugar de origen de cada legionario o a una tradición familiar, como el culto a sus ancestros (manes), etc. Lo importante era que estos cultos no se contradijeran. El cristianismo surgió como un dilema dentro de esta estructura, porque no solo se adoraba a un solo Dios, sino que éste era único, por lo que difícilmente se pudiera sacrificar y rendir culto en nombre del emperador. Por ende, el cristianismo, en franco crecimiento, ponía en peligro la estructura religiosa central, y con ello, la estructura del Imperio. Esto desencadenó múltiples proscripciones y cruentas persecuciones en el último tercio del siglo III y especialmente en épocas de Diocleciano y de Galerio.
La batalla final
Constantino decide pactar con Licinio y atacar a su amigo de la infancia, Majencio, quien recordemos que venía de vencer a Severo, quien lo había intentado derrocar por órdenes de Galerio y luego al rebelde Alejandro en Egipto.
Constantino tenía un ejército mas chico, sin experiencia y poco entrenado, mientras que Majencio contaba con fuerzas superiores y veteranas de los enfrentamientos con los antes mencionados.
A poco de llegar a Roma, Constantino se detuvo a descansar sin saber realmente como encarar la batalla y conseguir la victoria. Según cuenta el escritor cristiano Lactancio, al mirar al cielo, los rayos del sol formaron una cruz con las letras griegas “X” y “P” (iniciales de «Xhi-Rho» Cristo en griego), lo que desconcertó a todos los presentes, aunque otro escritor cristiano, Eusebio de Cesárea no menciona estas letras, solo una cruz por arriba del sol (que es científicamente posible), por lo que el relato podría estar modificado para hacerlo coincidir con una simbología cristiana, no pagana como la del Sol Invicto. A la noche, intentando dilucidar el significado de la visión, se quedó dormido y un ángel se le presentó en sueños, mostrando la misma señal y hablándole en griego le dijo “con este signo vencerás”. Tras el sueño, Constantino relató el suceso y mandó pintar los escudos de sus legionarios con este símbolo.
“In hoc signo vinces” cuadro del taller de Rafael, llamado “Visione della croce” (1520-24) museos vaticanos, Roma
Más allá de si se trató de una intervención divina real o de un invento de Constantino, podemos ver que esto le sirvió por varios motivos, por un lado como motivación a las tropas, personalmente creo que tenía un numero creciente de cristianos entre sus filas (basado en que cada vez había mas persecuciones, lo que indica que ya no eran un “problema menor”) por lo que pelear por primera vez bajo la protección de su dios hubiera sido una motivación importante. En segundo lugar, eran romanos contra romanos y Constantino tenía menos tropas, por lo que algo que los distinguiera en batalla le ahorraría muchas bajas por “fuego amigo”.
Crismón
Cetro de Majencio escondido poco antes de la batalla de Puente Milvio
Majencio, por su lado hizo leer las vísceras de un animal y el augur leyó en ellas que “el enemigo de Roma sería abatido”, y habida cuenta de su amplia superioridad, sus veteranos y al hecho de que quien gobernaba Roma era él, decidió presentar batalla en las afueras de Roma, apenas cruzando el puente Milvio. Allí ambos se enfrentaron y tan solo en el lapso de cuatro horas, gran parte del ejército de Majencio, incluyendo a éste, terminaron en el fondo del rio Tíber. Constantino había vencido su batalla más difícil y con un resultado inequívoco y aplastante; este nuevo dios estaba de su lado. Pero estos enfrentamientos y reordenamientos políticos habían causado un agravamiento a la crisis y nuevamente habría que hacer ajustes al sistema monetario.
“Batalla del Puente Milvio” Iulio Romano (1520-24) museos vaticanos, Roma
Luego de su victoria, Constantino rediseño la Basílica que Majencio se estaba construyendo y puso una estatua gigante de si mismo dentro e hizo levantar un arco del triunfo pegado al Teatro Flavio (el Coliseo).
Vista trasera de la basílica de Majencio/Constantino, Roma
Arco del triunfo de Constantino, Roma(313)
Espero que les haya gustado la parte 1/3. Un poco larga, pero es un tema que me gusta. Sepan disculpar.
Saludos, KIWITI75.-
Un lujo! No sabes como disfruto estos post! Creo que uno inconcientemente entra varias veces al dia a la pagina, esperando tener la suerte de cruzarse con cosas de este nivel, o un gran intercambio o adquisicion, y seguir aprendiendo dia a dia. Gracias!
Muy pero muy bueno si pudiera darte 20 punto lo hago. Voy a esperar la 2 parte muy bien sintetizado y explicado +++10
Excelente post como era de esperar!!
Por fin lo esperado, dejo puntos y a favoritos pero lo leo mañana tranqui en el laburo jejeje 😀
Ulises, deben empezar a considerar seriamente la opcion de editar las cosas en PDF, o quizas publicarlas en alguna de esas revistas electronicas que andan por ahi.
Hola Ulises. Está excelente, te felicito!
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Ami me encanta el arco del triunfo espero algun dia conocerlo se ve que es una obra hermosa
Excelente como siempre!!
Ulises, hay un par de fotos que no estan apareciendo en el post, sera que podes revisarlas o de ultima me las podes pasar, gracias
¡Imagenes resubidas! 😀
gracias!!! 😀