Juan Bautista Alberdi

Hola amigos. En el entretiempo del partido de la Champions me tomo un rato para hacer un nuevo post de la serie que cada vez es más grande, la de los próceres argentinos en la numismática nacional. Ahora es el turno del hombre que fue el autor intelectual de la Constitución Nacional de 1853.

Para comenzar con el recorrido, como ya todos saben, primero retrocederemos un poco el tiempo leyendo la biografía de nuestro prócer, para saber un poco quién fue y qué hizo, y por qué apareció luego en nuestras monedas y billetes:

Juan Bautista Alberdi (San Miguel de Tucumán, 29 de agosto de 1810 – Neuilly-sur-Seine, Francia, 19 de junio de 1884) fue un abogado, jurista, economista, político, estadista, diplomático, escritor y músico argentino, autor intelectual de la Constitución Argentina de 1853.

Nacimiento y familia:
Su padre, Salvador Alberdi, era un comerciante vasco, que había dirigido una de las cuatro compañías que organizó José Ignacio Garmendia y Alurralde para la defensa de Buenos Aires en las Invasiones Inglesas. Su madre, Josefa Aráoz y Balderrama, una criolla que falleció a causa del parto de Juan Bautista, era miembro de una de las más importantes familias tucumanas.
Su familia apoyó la Revolución de Mayo desde sus inicios y su padre frecuentaba al general Manuel Belgrano cuando éste estaba al mando del Ejército del Norte. Salvador Alberdi falleció en 1822, y su hijo Juan Bautista quedó al cuidado de sus hermanos mayores.

Estudios:
Se trasladó desde muy joven a Buenos Aires, donde estudió en el Colegio de Ciencias Morales, gracias a una beca de estudio otorgada por la provincia de Buenos Aires. Abandonó prematuramente sus estudios en 1824 debido a que no se adaptó a las exigencias de la enseñanza. En esos años se desarrolló su gusto por la música.
Se empleó como ayudante de comercio en la casa de Juan B. Maldes, que había sido colaborador de su padre, y cuyo negocio se encontraba enfrente del Colegio. Dado que veía diariamente a sus compañeros, pronto se arrepintió y retomó sus estudios, cursando en el departamento de jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires. Continuaría sus estudios en la Universidad de Córdoba, aunque no los completó en esa época: los continuaría en Montevideo en 1840 y obtendría su título de doctor en jurisprudencia durante su estadía en Chile.
En esos años en Buenos Aires se dedicó a la música y compuso obras clásicas de piano, guitarra y flauta para sus amigos. En 1832 escribió su primer libro, El espíritu de la música.
En 1834 viajó a su provincia natal, deteniéndose para rendir exámenes en Córdoba, obteniendo el título de bachiller en leyes. Éste no lo habilitaba para ejercer la profesión porque para ello debía cursar dos años en la Academia de Práctica Forense y rendir un examen ante la Cámara de apelaciones.
En Tucumán colaboró con el gobernador Alejandro Heredia, a quien dedicó un folleto titulado “Memoria descriptiva de Tucumán”. El caudillo tucumano le ofreció habilitarlo por decreto para el ejercicio profesional e incorporarlo a la legislatura para que se quedara radicado en su provincia, pero Alberdi se negó, aduciendo que aún no era abogado y que quería doctorarse en Buenos Aires.

La generación del '37:
A fines de 1835 regresó a Buenos Aires, donde se unió al llamado Salón Literario, fundado por Marcos Sastre y frecuentado por Juan María Gutiérrez, José Mármol, Miguel Cané entre otros jóvenes, con los que se vinculó a la llamada generación del '37. Estos intelectuales adhirieron a las ideas de la democracia liberal y se asumieron como continuadores de la obra de la Revolución de Mayo, propiciando una organización mixta del país como respuesta al enfrentamiento entre federales y unitarios.
En 1837, siendo aún estudiante, publicó lo que pensaba que sería su tesis doctoral: el Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho, en que pretendía hacer un diagnóstico de la situación nacional y sus posibles soluciones. Esta obra estuvo influenciada por la corriente historicista que fundara Friedrich Carl von Savigny en Alemania y fue la fundación del historicismo jurídico argentino, doctrina que consideraba al sistema jurídico como un elemento dinámico y continuamente progresivo de la vida social.
Ese mismo año editó un periódico, La moda, del cual se publicaron en total veintitrés números. Estaba dedicado a divulgar la evolución de la moda en Europa: vestimenta femenina y masculina, música, poesía, literatura y costumbres. Alberdi escribía bajo el apodo de "Figarillo".

La oposición a Rosas:
En noviembre de 1838, debido a su negativa a prestar juramento al régimen del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas y a la persecución de la Mazorca se disolvió el Salón Literario, formándose una logia llamada "La joven argentina", cuyos estatutos fueron confiados a Alberdi.
La persecución de parte de Rosas llevó al exilio a la mayoría de sus miembros en países limítrofes. Alberdi hizo lo mismo, exiliándose en Montevideo. Dejaba en Buenos Aires una amante y un hijo recién nacido al cual nunca reconoció: se llamaba Manuel y lo mencionaría años más tarde en su testamento, llamándolo "mi pariente".

Exilio:
A Montevideo llevó las ideas de organización nacional y constitucionalismo llevando en su equipaje los estatutos de la nueva asociación, que se editarían luego con el nombre de "Dogma Socialista".
En Montevideo trabajó como abogado y periodista apoyando la intervención francesa contra el gobierno de Rosas y escribiendo artículos en varios periódicos, respaldando las acciones militares de ese país contra el suyo. También fue secretario del general Juan Lavalle, de quien se alejó debido a diferencias políticas. En este período escribió sus dos obras de teatro: La Revolución de Mayo y El gigante Amapolas, sátira sobre el régimen rosista y caudillista.
En Montevideo contribuyó con el periódico El Inciador, donde escribían otros exiliados argentinos, y El Corsario, entre otros.
En 1843, durante el sitio militar de Montevideo por un ejército comandado por Oribe pero subvencionado por Rosas, logró escapar disfrazado de marinero francés y se trasladó a Europa acompañado por su amigo Juan María Gutiérrez por un breve período. Residió en París unos pocos meses y conoció al general José de San Martín.
Regresó ese mismo año a América instalándose en Valparaíso, Chile, donde revalidó su título y ejerció como abogado ganando enorme prestigio. Allí presentó su tesis doctoral, que llevó por título 'Sobre la conveniencia y objetos de un Congreso General Americano', donde Alberdi expuso la idea de una unión americana por medio de herramientas tales como una unión aduanera. Adquirió la finca Las Delicias y se puso en contacto con Domingo Faustino Sarmiento, cabeza de la emigración argentina en Chile. Escribió numerosos artículos costumbristas en los periódicos chilenos con el seudónimo de Figarillo.
En Chile se dedicó a estudiar la constitución de los Estados Unidos, con la idea de copiar lo que se pudiera para la de Argentina, cuando llegara el caso de sancionarla. Quería estar preparado para cuando se volviera a discutir la constitución argentina a la cual se oponía el régimen rosista. Pero utilizó una mala traducción, de modo que interpretó erróneamente varios pasajes.

La Constitución de 1853:
Producida la derrota de Rosas como consecuencia de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, de inmediato se puso a escribir un tratado sobre la futura constitución argentina. Esta fue su principal obra a la que denominó las Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina, tratado de derecho público editado por la imprenta del periódico El Mercurio, de Valparaíso. Este libro lo llevó a la fama, tardó apenas un par de semanas en escribirlo y lo publicó en mayo de ese mismo año. Meses después lo reeditaría con ampliaciones, incluyendo un proyecto de Constitución, basado en la Constitución Argentina de 1826 y en la de los Estados Unidos.
En 1853 publicó un tratado complementario de Bases llamado Elementos de derecho público provincial argentino.
Todo el ideario alberdiano tuvo como fundamento el liberalismo tanto político cuanto económico.
Frente a un país casi despoblado, su principal preocupación fue su población. A tal fin favoreció la inmigración europea, especialmente de los pueblos del norte.
Los constituyentes que se reunieron en Santa Fe, entre cuyos redactores se encontraba su amigo Gutiérrez, sancionaron la Constitución Argentina de 1853 en base al texto de las Bases de Alberdi.
En esa época se cruzó con Domingo Faustino Sarmiento en una polémica ideológica —limitada dentro del liberalismo— plasmada en las Ciento y una del sanjuanino y las Cartas quillotanas del tucumano. En este debate entre los dos más importantes iuspublicistas argentinos, ambos mostraron sus dotes de estadistas, sus semejanzas y sus diferencias políticas. Ambos fueron los padres de la Constitución Argentina de 1853/60 que culminó con el poder constituyente originario de ese estado.

La diplomacia en Europa:
El presidente Justo José de Urquiza le ofreció a Alberdi el cargo de Ministro de Hacienda de su país, pero lo rechazó. En cambio, aceptó funciones diplomáticas en Europa a partir de 1855. Urquiza le encargó la misión de obtener en Europa el reconocimiento de la Confederación Argentina bajo la nueva Constitución y evitar el reconocimiento del Estado de Buenos Aires, escindido de la Confederación, como nación independiente, misión que Alberdi cumple con éxito y que le valió el encono del general Bartolomé Mitre y de Domingo Faustino Sarmiento, tirria profundizada luego por la oposición frontal de Alberdi a la Guerra de la Triple Alianza, actitud que le valió ser calificado como "traidor".
En 1862, Alberdi publicó en Francia su obra De la anarquía y sus dos causas principales, del gobierno y sus dos elementos necesarios en la República Argentina, con motivos de su reorganización por Buenos Aires, donde analizaba la problemática situación del país y sus raíces históricas.

La diputación por Tucumán:
Sus gestiones en el exterior fueron interrumpidas a partir de la organización de la República, en 1862 al asumir la presidencia Mitre, triunfador sobre Urquiza en Pavón. Regresó a establecerse en Argentina el 16 de septiembre de 1878 al ser elegido como diputado al Congreso Nacional por su provincia. A su regreso se reconcilió con Sarmiento.
En tal calidad asistirá a la lucha por la sucesión presidencial desatada en 1880 cuando el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor se subleva contra el presidente Nicolás Avellaneda. Este último traslada la sede del gobierno al pueblo de Belgrano siendo seguido por parte del congreso, actitud que no es compartida por Alberdi. Al vencer Avellaneda en la contienda, Buenos Aires fue declarada Capital de la Nación por ley que fue refrendada por la legislatura provincial. Los diputados que no acompañaron al presidente fueron declarados cesantes.
Durante este época fue designado doctor honoris causa por la Facultad de Derecho y en tal carácter asistió a la colación de grados celebrada el 24 de mayo de 1880, acto en el que estaba invitado a usar de la palabra, pero no pudiendo hacerlo en razón de su delicada salud, entregó su discurso a uno de los graduados, Enrique García Merou, que luego sería su biógrafo. La disertación se tituló y luego editó bajo el acápite de "La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual" en la que resumía sus ideas sobre la doctrina del estado omnipotente a la cual oponía la tesis cristiana que consagra el valor inviolable de la libertad y la personalidad humana, base del progreso y la civilización.
Mitre, avivando viejos rencores acuñados en su posición crítica al conflicto bélico con el Paraguay que originó otro de los libros alberdianos más difundidos llamado "El crimen de la guerra", se empeñó en desacreditarlo por medio del diario La Nación, se opuso a la iniciativa de imprimir sus obras completas por parte del Estado Nacional mediante un proyecto de ley que el presidente Julio Argentino Roca, sucesor de Avellaneda, envía al Congreso y a su nombramiento como embajador en Francia. Las obras fueron editadas, pero en el senado no obtuvo el consenso necesario para la designación diplomática.
Abrumado por esta circunstancia, Alberdi se marchó nuevamente a Francia.

Fallecimiento y destino de sus restos:
Murió en Neuilly-sur-Seine, suburbio de París, el 19 de junio de 1884, a la edad de 73 años, recibiendo cristiana sepultura sus restos en el cementerio de dicha localidad.
El político había adquirido previamente una tumba, con busto y lápida incluidos, en el cementerio parisino de Père Lachaise, pero, por decisión de sus albaceas, sus restos nunca llegaron a ocuparla. Aunque vacía, esta tumba de París permanece en pie, lo que a veces sigue siendo causa de confusión a pesar de que no figura en las guías oficiales de esta famosa necrópolis.
El 27 de abril de 1889 sus restos fueron exhumados para ser repatriados por decreto del presidente Miguel Juárez Celman. Embarcados el 28 de mayo de 1889 a bordo del vapor "Azopardo", se los trasladó en principio a la Catedral de Buenos Aires, donde se le rindieron honores hasta el 5 de junio, fecha en que se ubicaron en la bóveda de la familia Ledesma en el Cementerio de la Recoleta, que los albergó hasta ser depositados en el mausoleo erigido en un terreno donado por la Municipalidad.
Actualmente, Alberdi cuenta con dos cenotafios, en ninguno de los cuales está sepultado: sus restos reposan en un nicho especialmente construido en la casa de gobierno de Tucumán, su provincia natal.

Lo encontramos por primera vez en nuestra moneda en el año 1884 en el billete de 10 Pesos Moneda Nacional:

Luego aparecería en 1983 en el Peso Argentino, bajo el valor de 5000 Pesos Argentinos:


Más tarde, en 1985 este billete fue resellado a Austral con el valor de 5 Australes:


Finalmente, se utilizó la figura de Alberdi para los Bonos Federales del 2001, los recordados Lecop:










Fuentes:
http://www.billetesargentinos.com.ar/ BilletesArgentinos.com.ar
http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bautista_Alberdi]Wikipedia.org

Otros posts de "Próceres argentinos en la Numismática":
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Bueno me llevó bastante más que el entretiempo 😀 Los próximos posts que les prometo: Santiago Derqui y Almirante Brown.

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