Existen una serie de países que tienen la característica de ser no-estatales. Algunos de ellos son países no reconocidos, otros son efímeros, virtuales, de fantasía. ¿Qué es lo que distingue a los estados de los no-estados? Pues el mero hecho de ser o no reconocidos por los gobiernos de otros países o de las grandes organizaciones internacionales. Al igual que los países estatales, algunos países no-estatales pretenden igualmente arrogarse el derecho de tener sus propias instituciones y sus símbolos (por ejemplo, escudos, banderas). Incluso, muchos de ellos acuñan sus propios pasaportes, sus propios timbres, su propia moneda. De manera que existen no-estados que acuñan sus monedas no-estatales. Estas tendrán sus particulares características de acuerdo al tipo de país no-estatal al que pertenezcan. Por ejemplo, la United Transnational Republics, una organización que, como su nombre lo indica, pretende establecer un régimen transnacional democrático dentro de la globalización, propone su propia divisa: la Payola. Esta moneda se caracterizaría por ser transnacional en la época del colapso de las monedas nacionales. Otro tipo muy diferente de divisa sería por ejemplo, la moneda corriente válida dentro de Freetown Christiania, área autónoma autoproclamada ubicada en un sector de Copenhague. Allí circula la moneda denominada Løn, que es acuñada anualmente. Los ejemplos de divisas no estatales abundan. Aquí trataremos el caso de las divisas no estatales que circularon a mediados del siglo XIX en una particular área geográfica: la Patagonia.
La Patagonia siempre ha connotado misterio y lejanía. Su historia la muestra como un territorio semi-despoblado e inconquistable al cual, a lo largo de la historia, han ido a parar toda clase de aventureros, exploradores, refugiados, forajidos: Francis Drake y otros piratas ingleses, Charles Darwin, pioneros galeses, Butch Cassidy, peligrosos presidiarios alojados en el Penal del Fin del mundo, refugiados del Imperio Ruso, Nazis encubiertos, nobles británicos, actores de Hollywood y magnates de los medios dueños de estancias. Fue precisamente aquí, hacia 1850 cuando se registraron dos diferentes divisas: la del Reino de la Araucanía, también conocido como Nueva Francia, intento de monarquía instituida por el noble francés Orélie Antoine de Tounens y la moneda de los Lavaderos de Oro del Sud, acuñada por el aventurero judío rumano Julius Popper, que llegó a la Patagonia sur en épocas de una efímera fiebre del oro.
Fuente: www.psychoeconomy.org
La de Julius Popper, no es moneda sino ficha/vale, utilizada en el Paramo. (lavadero de oro de Tierra del Fuego).
Y las de Araucania jamás salieron del taller de acuñación; por lo tanto, nunca circularon.
Mas bien serian lingotes.
Y si. Son medallas o fantasias monetiformes. Aca en el foro ya surgio varias veces la polemica sobre este tipo de objetos.