Japón: una moneda con historia

Debido a la relativa escasez de cobre, Japón fundió muy poca moneda en su historia, siendo el principal circulante monedas importadas de China complementadas con emisiones imitativas locales, más o menos toleradas por las autoridades según las épocas. Además, a partir de la llegada del budismo, enormes cantidades de cobre se emplearon en la creación de Daibutsu (Grandes Estatuas de Buda).
A partir de 1636 el estado japonés comenzó a fundir moneda con la inscripción Kanei Tsuho, que serían emitidas por más de 230 años, y que según Munro, cuando escribió su libro (1904) seguían circulando, al menos entre la población rural.

La moneda de la foto es muy conocida, y seguramente muchos conuvianos la tendrán en su colección. Lo que quizá no todos sepan es su curiosa historia.


JAPÓN: Shogunato Tokugawa: 1 Mon (bronce): Anv.: Ka nei Tsu ho; rev.: Bun. Ceca: Kameido, provincia de Musashi. Fundida entre 1668 y 1683.

En 1662, un terremoto destruyó el templo de Hoko-ji en Kyoto y el Daibutsu que éste albergaba.  Matsudaira Nobutsuna, daimyo del feudo de Tawagoe, provincia de Musashi, sugirió usar los restos del Daibutsu para fundir moneda, ya que el templo que los contenía requería de grandes gastos para su reparación y mantenimiento, y no había planes para rehacer la estatua (que ya había sido reemplazada por una de madera dorada). Su propuesta fue aceptada, pero para evitar herir susceptibilidades se emitió un edicto de gobierno en el que se establecía que “Buda enseña el camino recto a la gente, pero las imágenes de cobre no son Buda,  siendo el centro de su doctrina el beneficiar al pueblo” por lo que quedaba justificada la decisión tomada (algo así como “si Buda viviera, haría esta moneda”). 
Por lo tanto, en el 8vo. año del período Kambun (1668) se comenzó a fundir esta moneda en la ceca de Kameido, en las afueras de la actual Tokio. El Bun del reverso es una alusión al período; el Kan ya forma parte de la inscripción del anverso.
Dos datos curiosos: muchas de estas monedas terminaron en hornos de fundición privados ya que circuló la leyenda (una suerte de mito urbano a la japonesa) de que contenían pequeñas cantidades de oro. Tal vez esta creencia surja del origen noble del metal empleado, o del hecho de que las estatuas de Buda solían recubrirse con un baño de oro. Muchas otras se fundieron para hacer boquillas de pipa, ya que se creía que por el sagrado origen del metal, estas boquillas protegían a los fumadores contra el cáncer.

Fuentes:
Munro, Coins of Japan
Hartill, Early Japanese Coins
Wikipedia
La foto es mia

10 comentarios en “Japón: una moneda con historia

  1. Muy bueno el post. Es interesante que leyendas similares se dieron con monedas chinas de la misma epoca, especialmente las monedas de Kangxi. Ahi tenemos por ejemplo las \"monedas poema\". Existen otros ejemplos de monedas consideradas de buena fortuna que quizas otro lector nos pueda recordar.

  2. Muy bueno Fabian!! Actualmente estoy en la difícil tarea de ordenar las monedas japonesas por variantes (por lo menos a mi me cuesta horrores). Me apoyo en los siguientes catálogos: JNDA 2013 (casi nada); JONES (fundamental), HARTILL (para suplementar la data) y el nuevo que encontré de la colección del museo británico (para fechar bien los periodos). Resumiendo, me estoy volviendo loco, pero es apasionante!

  3. Interesante aporte!!

    Como dice jgervasoni, en Extremo Oriente, existieron muchas otras monedas consideradas amuletos o de buena fortuna. Un caso que se me viene a la cabeza ahora es el de la sprimeras piezas fundidas por el primera emperador de la dinastía Ming, Hong Wu, quien de joven fue un campesino huerfano que se convirtió en monje mendicante.

    El hecho de que pasara de ser un mendigo a Empoerador, y que su reinado fue muy popular, le valió una espcie de «aura de bondad» entre el pueblo, y por ende, sinónimo de fortuna y buena suerte.

  4. @Chinacoins Muy bueno Fabian!! Actualmente estoy en la difícil tarea de ordenar las monedas japonesas por variantes (por lo menos a mi me cuesta horrores). Me apoyo en los siguientes catálogos: JNDA 2013 (casi nada); JONES (fundamental), HARTILL (para suplementar la data) y el nuevo que encontré de la colección del museo británico (para fechar bien los periodos). Resumiendo, me estoy volviendo loco, pero es apasionante!

    Y si, no es facil. Hartill por ejemplo creo que lista 4 o 5 bun-sen como este, pero tengo entendido que las variantes son bastante mas de una docena. Al fin y al cabo fueron los japoneses los que empezaron a diferenciar las variantes minimas.

Los comentarios están desactivados.