La reforma monetaria que realizó Carlos III en el siglo XVIII trató también de dar protagonismo iconográfico al monarca y señalar el carácter “imperialista” o universal de su reinado.
En 1734, durante la guerra de sucesión polaca, Carlos, el hijo de Felipe V recuperó militarmente el reino de Nápoles, perdido por España en 1714 en el Tratado de Rastatt. En el año de 1738 finalizó la guerra y se le cedió por el Tratado de Viena esta parte de la península itálica, reinando con el nombre de Carlos VII de Nápoles. Allí el mundo descubrió el gran soberano que fue, dando ejemplo de buen gobierno a todas las monarquías de su tiempo. Poco podía imaginarse Carlos que algún día llegaría a ceñir sobre su testa la corona de la patria donde nació y reinaron su padre y sus dos hermanastros; sin embargo, el azar siempre se guarda ases en la manga y en 1759 falleció Fernando VI sin descendencia, convirtiéndolo en el heredero del trono español y, por consiguiente, del extenso imperio colonial en cuyos dominios no se ponía el sol. Como si fuese la parábola del hijo pródigo que vuelve a casa tras largo distanciamiento, Carlos viajó a España para entronizarse como Carlos III, pese al lamento de sus súbditos napolitanos. Una de las reformas que hizo durante su reinado fue la del sistema monetario, hecho que ha engrandecido más si cabe el patrimonio numismático que posee la nación española.
8 Reales Columnario de Carlos III, ceca Santiago
8 Reales Columnario de Carlos III, ceca Madrid
En 1772 Carlos III abolió la acuñación del estimado y famoso columnario en pos de un nuevo tipo de moneda que representara su real busto togado de diferentes maneras según fuere territorio nacional o colonial. Gracias a esta medida, los súbditos conocerían la apariencia de sus soberanos, ya que hasta entonces sólo era posible conocer su figura en las monedas áureas y en las esculturas, medallas, grabados y cuadros que lucían en las diferentes sedes administrativas virreinales y metropolitanas.
Todo esto se produjo gracias a la Real Pragmática de 29 de Mayo del citado año, en el que se cita lo siguiente:
Para moneda de ultramar dice: “Toda la (moneda) de plata nacional columnario que se acuñe en mis casas de Indias y en las de estos Reynos, en cualquiera caso mande labrar en ellos los de esta clase, tendrán en el anverso mi Real Busto, vestido a la heroica con clámide, y laurel, y alrededor esta inscripción “CAROL . III . DEI GRATIA”, debajo el año en que se labre, a la orilla la gráfila, como en el reverso, y al canto un cordoncillo de cadeneta por cuadrado, y otro de frente, y en el reverso se pondrán las armas principales de mi Real Escudo, timbradas de la corona Real, y a sus lados las dos Columnas con una faja que lleve el lema PLVS VLTRA; por fuera de las columnas se colocarán las letras o cifras de la capital, las iniciales de los nombres de los ensayadores de la casa en que se labre y número que señale el valor de la moneda, a excepción del medio Real de esta clase, que no tendrá esta señal, y en la circunferencia del reverso se concluirá con estas letras: HISPAN . & INDIAR . REX”.
Moneda de 8 reales acuñada en México en 1779
Con respecto a la moneda peninsular cita lo siguiente: “La moneda así gruesa, como Provincial, de plata, que sólo se labra en mis casas de estos Reynos, llevará mi Real Busto desnudo, con una especia de Manto Real, y alrededor las letras siguientes: CAROLVS III . D . G ., y debajo el año, como en las demás monedas; el reverso de ésta tendrá el escudo de mis Armas, igual al de la moneda de plata de Indias, pero sin columnas, y a un lado la letra R., debajo de ella la inicial de la Capital donde se fabrique, y enfrente de ésta, al otro lado del Escudo, las de los nombres de los Ensayadores, y sobre ellas el número que señale el valor de cada moneda, menos en la de medio real de plata o realillo de vellón, en que no se pondrá; a las orillas de uno y otro lado se echará su gráfila y al canto un cordoncillo de perlas redondas, y largas, en la circunferencia del reverso se continuará la inscripción del anverso con las letras que digan: HISPANIARVM REX”.
Moneda de 8 reales acuñada en Madrid en 1788
Cabe destacar que pese a que la terminología “Imperio Español” es utilizada por los historiadores, con la excepción de Carlos V, ningún rey de España se consideró formalmente emperador pese a la extensión de sus dominios, si bien, en la Real Pragmática citada se puede ver que hace una clara diferenciación entre península e Indias de un modo claramente imperial, ya que en las colonias el soberano se toga a la forma de los emperadores romanos en alusión elocuente a la extensión de su poder mientras que en la metrópoli se toga a lo civil.
Por primera vez desde que empezara la acuñación de los columnarios con su famosa y humanística leyenda de cohesión “VTRAQUE VNUM”, que traducido a la lengua romance sería “Ambos somos uno” en referencia a los dos mundos, el viejo y el nuevo, se pasa a una nueva forma de regir las posesiones transatlánticas desde el punto de vista monetario, dejando claro cual era la diferencia entre el dinero colonial y el peninsular.
Bajo el reinado de Carlos IV se siguió con las pautas numismáticas establecidas por su padre y predecesor Carlos III. Por la Real Orden de 20 de julio de 1789, el cuarto de los carlos ratificaba los modelos de acuñación establecidos desde 1772, pero con la novedad de que debía aparecer su real busto.
Moneda de 8 reales acuñada en Madrid en 1808
Moneda de 8 reales acuñada en Nueva Guatemala en 1797
Con Fernando VII, salvo algunas excepciones, esta duplicidad desaparece y en sus monedas de plata se toga a la romana con corona de laurel tanto en España como en ultramar y se mantiene el mismo tipo de reversos preestablecidos.
Moneda de 8 reales acuñada en Sevilla en 1815
Moneda de 8 reales acuñada en Santiago de Chile en 1815
Fernando VII fue el último monarca español que acuñó moneda en ultramar, ya que durante su reinado se produjeron las emancipaciones coloniales. Las últimas piezas testimoniales de la presencia imperial española fueron los 8 reales de Potosí (Bolivia) de 1825.
El real de a ocho, moneda emblemática que fue dueña y señora del comercio mundial durante casi tres siglos y acompañante de bolsillo de las mayores gestas y heroicidades, llegó a su fin para dar paso a los 20 reales, con algunas tentativas durante el reinado de Fernando VII y continuando de forma definitiva bajo el de Isabel II.
FUENTE: http://www.yumpu.com/es/document/view/18908887/dos-bustos-para-las-espaaas-imageshack
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, SALUDOS!!!!! 😀
excelente, van puntos +10 😀
Faltan las fuentes. 🙄
Muy bueno! pero como dijo Marcelo, faltan las fuentes :>
YA AGREGUE LA FUENTE
Interesante post, pero en realidad fernando VII no fue el último monarca español en acuñar piezas para las colonias de Ultramar. Si bien durante la primera parte del siglo XIX España perdió la mayoría de sus colonias, quedaron bastiones como Cuba y las Islas Filipinas, que se mantuvieron dentro del Imperio Español hasta finalizado el siglo XIX. Alfonso XIII, por ejemplo, acuñó piezas de plata en Madrid, de uso exclusivo para Filipinas.
Ojo, no es crítica, sino una simple observación…. 🙄
Tambien hay monedas de Cuba y Puerto Rico con este monarca. Es verdad y vale el comentario. 😉
Para los que quieren la fuente, este es el artículo original, el mismo fue escrito por Flandes, aqui les dejo el link:
Click Aquí para ir al Enlace
Muy interesante, no sabia la diferenciacion con respecto a la toga.
yo ni siquiera sabía lo de las columnas del reverso. Muy buena data, muchas gracias. Mañana paso a saludar, ando seco 😉
Excelente ! van mis 10 puntos 😀
Van..
excelente!!!