Una bandera más…

Si uno busca y rebusca (en enciclopedias de estanterias o en más plabeyos larrouses de bolsillo) qué es una bandera se encontarará con definiciones de todos los tenores. Con ambiguedades, o sin ellas, habrá de hacerse uno a la idea de un trozo de tela (por lo general cuadrada o rectangular -nuestras disculpas al público nepalí-), que se sujeta por uno de sus lados a un asta y se emplea de esa guisa como insignia de una nación (anque un equipo deportivo o un grupo cualquiera de personas).
Atendiendo a otras consideraciones, la idea de patria aparece aparejada (o hilvanada) al concepto. El nacionalismo está ahí nomás, claro, e inevitablemente la bandera es figuera y motor de las gestas más notables y las maniobras más canallas.
Si se pudiera tomar distancia (si se pudiera); si las entendiéramos como convenciones, como frutos en tela de los momentos históricos, entonces, quizás la definición de Mario Benedetti (que se sentía a disgusto tanto con ellas como con los himnos) de patrias de nilon sea una buena manera de entenderlas. O, al menos, de entender alguna de ellas…

La bandera que explica y justifica el presente es la que sigue…

Danzig, (cuyo nombre original es Gdansk en polaco) hasta el final de la Primera Guerra Mundial era una ciudad que pertenecía a Alemania. Pero en 1920, con el Tratado de Versalles (tratado de paz que, curiosamente sembró las bases para otra guerra), y con el objetivo de que Polonia tuviera una salida al mar (en este caso al Báltico), se establecieron dos importantes medidas. Por un lado que Danzig dejara de pertenecer a Alemania y pasara a ser una ciudad autónoma (tutelada por la recién creada -y escasamente eficiente- Sociedad de Naciones) en la que Polonia tendría ciertos privilegios aduaneros y económicos. Por otro lado, y no menos importante, se estableció lo que se denominó “el corredor polaco”, que consistía en quitar a Alemania una franja de territorio para dar a Polonia acceso terrestre a la zona de Danzig y por tanto al mar. De esta forma Alemania quedó dividida en dos, con lCa región oriental separada del territorio principal por dicho “corredor polaco”.

La historia autónoma de Danzig es breve; la maquinaria de guerra nazi comenzó a rodar, precisamente, hacia Polonia el 1 º de septiembre de 1939. Desde entonces, y hasta 1945, cuando la entrada del ejército rojo y el final concreto de la guerra para Polonia llegaban por fin, el 90 % de la población había huido o muerto.
Pasada la pesadilla de la guerra, y hacia 1947 con la Conferencia de Potsdam, la fugaz autonomía acaba; Polonia recupera definitivamente la ciudad.

De ese breve período de tutelada independencia, es esta monedita mía (medio castigada, es cierto), llegada hace pocos días de un intercambio con un coleccionista francés…

Con ella sumo una banderita más a mi colección (a cada vez me cuesta más ese tipo de sumas, por cierto :S ). Y de un país extinto (a la sazón); que fue país más por convención que por otra cosa y que es sobre todo una ciudad con una historia rica y y un importante patrimonio cultural. En este sitio http://www.gdansk.pl/es/, se puede curiosear un poco (y de gratis) algo más de Danzig…

Fuentes y referencias:
http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-bandera.html
http://www.wordreference.com/definicion/bandera
http://www.gdansk.pl/es/

16 comentarios en “Una bandera más…

  1. @pumatem hermoza… la tengo cuanto dolio?

    Algunas conmemorativas nacionales (y varias que agregué de yapa); me parece que fue ventajoso el trato, sobre todo porque recibí, también, algunas francesas viejitas que no tenía !!!! 😀 (material para un próximo post)

Los comentarios están desactivados.