Buen día don Benito.

Hola amigos de la comunidad.
Como soy una persona sentimental, me gusta contar pequeñas
historias de mi niñez, siempre que no sean largas, ni lleguen a aburrir.

Era día de fiesta en el sexto grado "A", salíamos de excursión
robando algo menos de una hora a las clases.

Adonde íbamos ?, a cruzar la calle, ¡ nos llevaba la maestra de sexto!
para que ? para ver una vez mas a DON BENITO QUINQUELA MARTÍN
pintando o sea cantando su amor al riachuelo.

Corría creo, el año 1958, Don Benito, como solíamos llamarlo los chicos,
que concurríamos al colegio que el había fundado, estaba pintando una
de sus obras mas elogiadas, por los entendidos de arte, que luego bautizó
como "DÍA DE TRABAJO".

La maestra nos hacía formar una fila paralela al muelle y sin movernos, estar
atentos a cada pincelada del maestro, lo veíamos usar, (entre mate y mate,
que le cebaba algún ocasional marinero o estibador), pinceles grandes y chicos,
espátulas de diferente forma y tamaño y alguna vez el dedo índice lleno de
pintura, que nos causaba mucha gracia.
Luego de 30 o 40 minutos, todos a coro le decíamos, HASTA LUEGO DON BENITO…
GRACIAS.

Cuando salíamos al medio día, lo veíamos seguir pintando, pintaba hasta el ocaso.


Una de sus obras mas famosas, yo la vi pintar. (DIA DE TRABAJO)
(Año 1958)


Don BENITO QUINQUELA MARTIN, sobre una lancha, pintando,
esto es una foto de su juventud 1920.

Quien diría que yo, había visto engendrar una de las obras mas importantes
del viejo maestro, que en esa época tendría casi 70 años.

Pero no hace falta hablar mucho de BENITO QUINQUELA MARTÍN, solamente
podemos invertir 12 minutos de nuestro tiempo, viendo estos dos videos
que al respecto encontré en Youtube.

http://www.youtube.com/watch?v=YvCDUlnJTVw

http://www.youtube.com/watch?v=paKSDW4jsxg

Que los disfruten.
Bendiciones a todos.
Roberto.

1 comentario en “Buen día don Benito.

  1. Gracias amigo por compartir un poco de tu historia junto a un grande del arte de nuestro país. Pensar que fue hijo de una madre desconocida que lo abandonó en la Casa de Niños Expósitos y a los siete años fue adoptado por la familia Chinchella, de allí su apellido castellanizado.

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