Voy a contarles una historia que me contaron una vez, hace más de 20 años. De modo que sepan disculpar si alguien nota alguna falla en el relato pues la memoria suele jugar malas pasadas. Los personajes fueron reales pero no voy a dar nombres pues ninguno de ellos esta con vida y prefiero respetarlos de este modo.
Final de la década del 80, principios de los 90. Argentina convulsionada políticamente. En esa época yo solía concurrir a un centro deportivo y conocí allí al hijo de un diputado de la Nación, quien me relató esto.
Un importante empresario (pero muy importante) hacía con frecuencia asados en una de sus estancias al que concurrían políticos, otros empresarios, banqueros y los personajes que ustedes puedan imaginar. En uno de esos encuentros, surgió una discusión entre el dueño de casa y el presidente de un banco quien apoyaba la gestión radical y los planes Austral y Primavera que seguro recordarán.
El empresario entonces propuso al banquero hacerle una simple apuesta para desafiarlo sobre el tema en discusión, el Austral, y demostrarle así la fragilidad de la moneda. Si el banquero ganaba la apuesta el empresario invertiría dinero en su banco, de lo contrario, si el empresario ganaba la apuesta obtendría otros beneficios que no me explicaron con claridad (y no vienen al caso).
Todos preguntaron cuál era la apuesta.
El empresario entonces dijo “te desafío a que me consigas cambio”. Todos asombrados pensaron que era un chiste. El hombre aclaró que necesitaba cambio pero en las condiciones que él imponía y que además le otorgaba una semana de plazo para cumplir con la apuesta. De inmediato sacó de su bolsillo cinco monedas como esta:
Exactamente 5000 australes y dijo que el banquero debía cambiarle esas monedas por otros 5000 australes en monedas de la menor denominación (1/2 centavo de Austral).
Muchos de los presentes siguieron pensando que era un chiste pues no hicieron los cálculos del caso.
5000 australes equivalían a 1.000.000 de monedas de ½ centavo de austral.
Con un peso de 3.6 gramos cada una “el cambio” equivale a una carga de 3.600 kilos.
Poniendo una moneda al lado de la otra se obtiene una fila de 19.600 metros (casi 20 kilómetros).
La historia concluye afirmando que el banquero cumplió con lo pactado y unos días más tarde se vio un camión de caudales ingresando en la estancia. Extrañamente, la moneda de ½ centavo es hoy tal vez la más escasa de la serie Australes.
Nunca pude encontrar alguna otra referencia al relato, motivo por el cual aún no termino de confiar en su autenticidad. Pero valía la pena compartirlo, no?
Un abrazo
Eduardo
Es una anécdota interesante que va mas allá de si es verdad o no 😉
A veces es difícil estimar y cuando realmente se hacen los números nos dan cosas que se escapan de nuestro poder de cálculo (en este caso de cuantas monedas hablában)
Hace unos años Página 12 había sacado un problema de no se que universidad, no viene al caso. La consigna era la estimación difícil, algo que intenté hacer yo en el
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La historia me suena falsa porque para esa época (1990) nadie confiaba en el Austral, y además el gobierno no era radical. Igualmente, coincido con dvbdvb en que es una anécdota interesante, mas allá de si es verdad o no.
Mas allá de la veracidad, lindo relato (Y)
Linda historia! habra pasado!! en 15 minutos vuelvo con….. 😉