Haciendo un poco de catarsis…

Hola.
En esta mañana lluviosa he leído este post https://conuvi.net/2016/05/31/mis-monedas-y-yo/ que me ha hecho recordar y pensar cosas…
Van aquí mis comentarios (que me sirven para hacer catarsis).
Desde muy chiquita me fascinaron las monedas y juntaba todas las que podía. Digo que "juntaba" porque no tenía ni idea de que una colección podía sistematizarse.
Quizá es algo hereditario, porque mi padre -que coleccionaba estampillas- también "juntaba" monedas; en una o varias latitas, como tantos hacen y han hecho. Pero él era muy mezquino con sus monedas: no me dejaba "disfrutarlas", si yo abría una de esas latitas se quedaba "vigilándome" a ver qué hacía, y si me regalaba alguna, siempre era la repetida más fea. En fin…
Así que yo me las ingeniaba para conseguir mis propias monedas: le pedía a todo el mundo que si le "sobraba" alguna, me la regalara. Y muchos, amigos de la familia y parientes, fueron generosos conmigo.
Hasta que un día fui a visitar a una de mis abuelas (no la veía muy seguido porque vivíamos lejos) y ella, que era española, me regaló la mejor moneda que que yo hubiera visto hasta ese momento. Era un recuerdo de ella, lo único que había traído de España y que había conservado como recuerdo: una moneda de plata, en perfecto estado, hermosa: 5 pesetas, Amadeo I, rey de España.
Sospecho que mi padre debe de haber sufrido un ataque de hígado, por eso de que me la hubiera regalado a mí y no a él. Pero no le quedó más remedio que aguantárselo.
Yo amaba esa moneda. Estaba orgullosa de tenerla (piensen que era una niñita y no podía comprarla porque no tenía dinero).
La conservé muchos, muchísimos años.
Hasta que, finalmente, un día la regalé. Pero la regalé por amor. Era el mejor regalo que podía hacerle -en ese momento- a la persona que amaba.
Debo decir que esa persona, que conocía la historia que esa moneda tenía para mí, no quería aceptarla. Pero tanto insistí que al final la aceptó.
Cuando mi padre se enteró de que yo ya no tenía la moneda -nunca supo el destino-, casi le dio otro ataque: que yo era una descuidada, que no valoraba las cosas, etc.
Pero yo pienso que hice lo correcto: regalé lo que más apreciaba, y no me arrepiento.

Años más tarde compré una pieza igual, pero cuando empecé a sistematizar mi colección (que ya era de un desorden que no soportaba ni yo) la cambié por otra que faltaba en mi colección de argentinas. La cambié por una pieza "común", y nuevamente me encontré con alguien tan decente que no quería aceptar ese trueque porque decía que no era justo, que mi moneda valía mucho más que la de él, porque era de plata (y era cierto, pero a mí me faltaba la que él tenía… -finalmente llegamos a un "acuerdo" y la aceptó-).

Y ahora vuelve a haber en mi colección una de esas piezas. Veremos quién será el próximo beneficiado… si es que lo hay. 8-|
Saludos a todos.

8 comentarios en “Haciendo un poco de catarsis…

  1. Gracias por comentar tu amor por las monedas, muchos nos dicen que estamos locos por hacer esto pero no saben lo que significan para nosotros.

  2. Muy Bueno¡ me encanto, Yo siempre junte monedas, no hace mucho que comencé a ordenar algo parecido a una colección y tengo un half dollar kennedy 1965 que me regalaron, tu relato me trajo muchos recuerdos.

  3. Las monedas que me regalaron mis nonos son Argentinas comunes pero para mi el valor simbolico es mucho mas que el material , entonces las conservo para siempre como recuerdo de ellos , le dedico el comentario a mi querido nono que fallecio hace 12 dias con sus 89 añitos 🙁

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