Grandes Batallas de la antigüedad-Actium

Independientemente que ya existe un post sobre el tema https://conuvi.net/2014/09/17/la-batalla-de-actium-denarios-legionarios-de-marco-antonio/ , decidi a realizar esta nueva entrada ya que me pareció interesante desarrollar un poco el enfoque histórico/militar debido a que esta batalla definió los parámetros del nuevo Imperio Romano.


Descripción General

La batalla de Accio se produjo el 2 de septiembre del año 31 a. C., entre las flotas de Cayo Julio César Octaviano, dirigidas por Agripa, y la de Marco Antonio y su aliada Cleopatra, frente al golfo de Ambracia y el promontorio de Accio. La batalla se saldó con la victoria absoluta de Octaviano y la retirada de Marco Antonio y Cleopatra.

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La batalla de Accio, pintada por Lorenzo A. Castro. National Maritime Museum

En el año 44 a. C., el asesinato del dictador Julio César desató una interminable serie de guerras civiles que acabaron con todo el mundo romano. Hacia el año 32 a. C. esas guerras se redujeron a un enfrentamiento entre dos poderosos aristócratas romanos y sus seguidores. El heredero de César, Cayo Julio César Octavio (conocido para los historiadores modernos como Octavio) se enfrentó al que fue mano derecha de César, Marco Antonio (o Antonio). Octavio, asentado en Italia, dominaba la mitad occidental del Imperio romano. Antonio controlaba gran parte de la mitad oriental del Imperio con la ayuda de su aliada y esposa, Cleopatra VII, cabeza del reino helenístico de Egipto. La confrontación decisiva entre Octavio y Marco Antonio se produjo en el año 31 a. C., en la costa occidental de Grecia.

Lograr la superioridad naval resultaba esencial para ambas partes en esta campaña. Sin ella, a Octavio le resultaría imposible llevar suministros y refuerzos desde Italia o protagonizar una invasión decisiva de Egipto. Antonio, por su parte, necesitaba romper las vías de comunicación de Octavio y cruzar el Adriático para invadir Italia, sin dejar de mantener sus propios lazos con Egipto y las provincias orientales.

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Julio César fue asesinado en 44 a. C. durante los idus de marzo. Morte di Giulio Cesare (1798), pintura de Vincenzo Camuccini.

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Augusto de Prima Porta, estatua de César Augusto en el Museo Chiaramonti de la Ciudad del Vaticano.

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Busto de Marco Antonio (Museos Vaticanos).

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Busto de Cleopatra VII. Altes Museum, Berlín.

El grueso del ejército de Antonio se encontraba en Patras, en el golfo de Corinto, con guarniciones en puntos estratégicos rodeando el Peloponeso y escuadrones navales dispersados por las islas próximas. Su flota se hallaba atracada en Actium, en la entrada de la desembocadura del golfo de Ambracia (una gran bahía cerrada por un canal muy estrecho, de menos de 1500 metros de anchura).

A principios de la primavera del año 31 a. C., Octavio logró establecer su ejército en el promontorio septentrional de este canal mientras su flota, hábilmente comandada por Marco Vipsanio Agripa, derrotó a los escuadrones de Antonio en las islas y cortó gradualmente las rutas de suministro hacia Actium. Antonio y Cleopatra desplazaron su ejército al promontorio septentrional en un intento de obligar a Octavio a entrar en una batalla decisiva mientras su flota permanecía en Actium. Aquí, las condiciones insalubres y pantanosas, la falta de suministros y la moral menguante favorecieron la falta de entusiasmo entre sus comandantes y las deserciones en masa por parte de los remeros de los barcos de guerra.

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Batalla de Accio

A mediados del verano, la situación era desesperada. El almirante principal de Antonio, Cayo Sosio, intentó escapar por mar mientras Antonio dejaba a la mitad de su ejército tierra adentro, esperando ahuyentar a Octavio de la zona en disputa; probablemente, tenía la intención de unirse a Sosio en la costa oriental de Grecia. Sosio derrotó al escuadrón de naves que bloqueaban la entrada al golfo, pero Agripa condujo allí al resto de la flota y obligó a Sosio a retroceder.

Las noticias de esta derrota llevaron a Antonio a regresar a su campamento, donde se desató un debate en torno a la cuestión de si se abandonaba la flota y se dirigían al norte, a Macedonia, donde todavía se encontrarían aliados, o se guarnecía el mayor número posible de barcos de guerra con los mejores soldados y se intentaba otro ataque por mar. Si esta última opción salía bien, Antonio podría poner rumbo a Egipto y, tal vez, reunir otro ejército. Antonio no era un comandante naval experimentado, pero los argumentos a favor de una batalla naval, defendidos también por Cleopatra, eran sólidos. Aunque consiguiera alejarse con el ejército íntegro, abandonando la flota también se separaba de las legiones que todavía le eran leales en Siria y Cirenaica.

Moneda con la efigie de Cayo Sosio

El 2 de septiembre, Antonio quemó los barcos sobrantes, en su mayoría de transporte de tropas, para impedir que Octavio los utilizase. A continuación embarcó a sus mejores soldados en los barcos de guerra restantes. Resulta imposible establecer la fuerza exacta de cada flota, pero la de Antonio era muy inferior en número. Octavio contaba con más de 400 barcos, mientras que la flota efectiva de Antonio privada de barcos amarados en la costa y las islas y reducida todavía más por las enfermedades y la deserción, se situaba en torno a las 230 embarcaciones.

Los barcos de guerra antiguos se desplazaban gracias a la acción de remeros sentados en hasta tres niveles. Las clasificaciones aplicadas a estos barcos varían de dos a dieciséis, y no se refieren al número de hombres que accionaban cada remo, sino al número total de remeros de cada grupo vertical. De ahí que un «cinco» tuviese remos en sólo tres niveles, pero en los dos niveles superiores los remos fuesen accionados por dos hombres mientras que el nivel más bajo contaba con un hombre por cada remo.

Los barcos de la flota de Octavio abarcaban desde trirremes (clasificados como «tres»), con aproximadamente 200 soldados y remeros, hasta «sextos», que podrían llevar más de 500 hombres. Estaban equipados con espolones en la proa, aunque la principal táctica consistía en acercarse a la embarcación enemiga y atacarla con armas arrojadizas (incluidas pequeñas catapultas) para después luchar cuerpo a cuerpo e intentar subir a bordo.

Antonio disponía de embarcaciones similares, más algunas naves más grandes (auténticas fortalezas flotantes con torres para arqueros en la proa y la popa y con cientos de soldados en sus espaciosas cubiertas). Eran barcos con velas, una práctica nada habitual en las batallas marítimas antiguas. El plan de Antonio consistía en hacerse a la mar y, en cuanto sus barcos tuviesen viento favorable, poner rumbo al sur, rodeando el Peloponeso, hasta Egipto. Además de los barcos de guerra. Antonio disponía de numerosas embarcaciones comerciales, que apenas transportaban tropas y carecían de espolones o catapultas, pero que transportaban los cofres con tesoros de los botines de guerra de Antonio y Cleopatra. Resultaba vital que estos barcos se alejasen. El escuadrón de barcos de guerra asignados para escoltarlos incluía el propio buque insignia de Cleopatra.

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Modelo de trirremes , barco utilizado por ambos lados en la batalla de Actium

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Trirreme romano representado en un mosaico.

El objetivo de Octavio consistía en bloquear la salida del golfo de Ambracia con una doble fila de barcos de guerra. Marco Agripa comandaba el flanco izquierdo de su flota, Lucio Arruncio el centro y el propio Octavio iba en el flanco derecho con una pequeña embarcación liburna. Con el fin de aumentar las posibilidades de atravesar las líneas enemigas, Antonio ordenó a los barcos del flanco derecho y del izquierdo (al mando de Lucio Gelio Publicola y Cayo Sosio, respectivamente) que intentasen alejarse del centro, obligando al enemigo a moverse con ellos y alejándose así del centro de sus propias líneas. De este modo, se produjo un hueco a través del cual pudo pasar el escuadrón de Cleopatra con los barcos mercantes aprovisionados.

Armada Romana

En el flanco izquierdo de la flota de Octavio, los barcos de Agripa derrotaron a Publicola y pusieron rumbo a Antonio y al tercer escuadrón. El propio buque insignia de Antonio quedó atrapado con otros barcos en la lucha que se desató en el flanco derecho, de manera que tuvo que pasar a otro barco más pequeño y seguir al escuadrón de Cleopatra. Le persiguieron algunas de las embarcaciones más ligeras y rápidas de Octavio. Cuando le dieron alcance, Antonio ya había pasado al buque insignia de Cleopatra y los perseguidores tuvieron que alejarse. Consiguió salvar aproximadamente 70 barcos de guerra.

Octavio erigió en su campamento un enorme monumento a la victoria adornado con espolones de barcos enemigos capturados. Además, en aquel mismo lugar fundó una ciudad de bautizo con el nombre de Nikópolis (ciudad de la victoria).

Quinario con la esfinge de Allectus y una galera grabada en el reverso de la moneda

Poetas contemporáneos como Virgilio y Horacio señalaron la batalla de Actium como el principio de una edad dorada para Roma. No fue tanto la derrota naval como el abandono de su ejército lo que representó el final para Antonio y Cleopatra y para sus posibilidades de derrotar a Octavio. Aunque el ejército comenzó una retirada hacia el norte, desde Actium en dirección a Macedonia, bajo el mando de Publio Canidio Craso, tan pronto como las fuerzas de Octavio dieron con él, las legiones veteranas negociaron un cambio de bando. Su sentido de la lealtad hacia Antonio no era lo suficientemente intenso como para hacerles ignorar la catastrófica realidad de la situación.

Octavio persiguió a la pareja de destino funesto hasta Alejandría. Antonio y Cleopatra prefirieron suicidarse antes que someterse al nuevo gobernante del mundo romano. Octavio regresó a Roma, se hizo llamar César Augusto e inauguró la línea de emperadores romanos que se prolongaría a lo largo de más de mil años.

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Localización de Nicópolis de Epiro , cuidad que fundo Agusto para conmemorar la victoria de Actium


Representación Numismatica

LAS SERIES PROPAGANDÍSTICAS PREVIAS A ACTIUM Y LA CONMEMORACIÓN DE LA VICTORIA Y EL TRIUNFO

En el contexto de los enfrentamientos bélicos entre Marco Antonio y Octavio hemos podido observar cómo a pesar de las diferencias en los modos de presentar su imagen a través de los tipos monetales (Antonio se asemeja al dios romano Dionisio o al egipcio Júpiter Amón –RRC 546–mientras que Octavio lo hacía a Apolo), hay un aspecto que ambos comparten. Los dos deciden incorporar la representación de la diosa Victoria a sus emisiones monetales, antes de la celebración de la batalla y de que se conociera el resultado final de la misma.
En las series de Octavio se suelen distinguir dos grupos monetarios en función de la leyenda de reverso que presentan: CAESAR DIVI F e IMP CAESAR (Gurval, 1998, 50). Sin embargo, la carencia de leyenda monetal que acompañe al retrato de Octavio en los anversos es un problema a la hora de determinar una fecha exacta para dichas acuñaciones. De ahí que los investigadores se inclinen por una cronología amplia que sitúan entre el 36 y el 27 a.C., sin poder diferenciar las series que se acuñarían antes y después del enfrentamiento y por lo tanto sin poder precisar las que conmemorarían los enfrentamientos de Actium y Naulocos respectivamente, salvo casos específicos (Gurval, 1998, 57-62)

QUINARIO DE OCTAVIO. ACUÑADO EN HONOR A LA VICTORIA DE LA BATALLA DE ACTIUM.
A / GALERA CON VELA DESPLEGADA,REMEROS Y TIMON. SOBRE ESTA LEYENDA LATINA,: IMP. CAESAR.
R / VICTORIA EN PIE A IZQUIERDA, SOSTENIENDO CORONA EN SU mANO DERECHA Y PALMA EN LA IZQUIERDA,A LA DERECHA LEYENDA LATINA,: DIVIF.

Sin embargo, sí hay unas acuñaciones que resultan relevantes, dos series de denarios anteriores al año 31 a.C. de procedencia incierta realizadas por Octavio y que han sido ampliamente estudiadas por Zánker (1992, 76-78). Según el autor, en dichas series la representación de abstracciones o personificaciones de diosas o virtudes se interrelacionaba con la imagen del joven Octavio. La primera de las series, constituida por las acuñaciones RIC I, 251, RIC I, 253 y RIC I, 256 presentaba en el anverso una personificación de las diosas: Pax, con cuerno de la abundancia y corona de laurel (RIC I, 253), Venus (RIC I, 251) y Victoria (RIC I, 256) mientras que en los reversos se documentaban distintas imágenes de Octavio acompañadas de la leyenda CAESAR DIVI F. Dirigiendo a las tropas antes de la batalla, adlocutio, (RIC I, 253), conduciendo al ejército a la lucha (RIC I, 251) y victorioso (RIC I, 256). Por su parte la segunda de estas series (RIC I, 250a; RIC I, 252; RIC I, 254) presentaría el busto desnudo de Octavio en los anversos y las abstracciones de las deidades anteriormente citadas en los reversos: Pax (RIC I, 252), Venus (RIC I, 250a) y Victoria (RIC I, 254) todas ellas acompañadas de la misma leyenda monetal. Por otra parte en las emisiones conmemorativas de Actium, consideramos relevante señalar el papel protagonista que tendrá un tipo iconográfico por encima del resto: la diosa Victoria. La representación de la diosa Victoria en la numismática comienza ya en época republicana (siglos III-II a.C.) En este momento concreto sus representaciones hacen referencia a ésta como deidad propia del populus romanus ya que sabemos que su culto comienza en Roma en el 294 a.C. Sin embargo, a partir de Mario y Sila y de forma más evidente con Pompeyo y César, comenzó a emplearse la iconografía de dicha diosa dentro de la tendencia extendida en la Tardo República a la personalización de los tipos monetales para la exaltación personal y la gloria. De esta forma la Victoria pasa de ser una deidad del pueblo romano a constituir un símbolo de poder personal. Dicho cambio se materializará definitivamente en época triunviral y bajo el gobierno de Augusto cuando pasó a asociarse definitivamente a la Victoria con el emperador (Noreña, 2011, 149). En este sentido Octavio buscó varios medios de asociarse públicamente con dicha deidad. Especialmente relevante fue la celebración de los Ludi Victoriae Caesaris en el 44 a.C., y la instalación del altar de la Victoria en la Curia Iulia. En las amonedaciones el mensaje carismático de la ostentación del ideal será transmitido de varias formas: con una personificación de la misma diosa, pero también representando éxito en el campo de batalla, a través de cuadrigas triunfales, coronas de laurel, estandartes, trofeos y provincias conquistadas.

Moneda de oricalco acuñada en Colonia Augusta Nemausus en tiempos de Augusto (10-14 d.C.)
Anverso: IMP DIVI F Pater Patriae ,Cabeza de Agripa con corona rostral (a la izquierda) y cabeza laureada de Augusto (a la derecha).
Reverso: Colonia Nemausus ,Cocodrilo encadenado a una palmera, corona de laurel en la parte
superior-izquierda del campo.

El resultado de todos estos honores, celebraciones, monumentos memoriales e imágenes, preconcebidos por el futuro emperador, derivó en un monopolio de la idea de victoria por Octavio(Noreña, 2011, 150), es decir en un intento de monopolizar formalmente, los requisitos previos necesarios para obtener los mayores honores militares en Roma. La representación de la diosa Victoria en las series romanas acuñadas tras Actium (27-14 a.C.) es sin embargo muy significativa, ya que no es la imagen tradicional de la diosa que podemos observar en la numismática republicana. Se trata en este caso de la representación de la Victoria de Tarento (RIC I, 266) (Fig. 4): la diosa sobre la esfera universal y portando la corona del triunfo. Dicha imagen que Octavio acuñó como propia se extenderá más allá de la capital alcanzando las provincias, trasladándose de la esfera pública a la privada. Un ejemplo de este fenómeno de popularidad que Zánker (1992, 108) denomina el “lenguaje privado de las imágenes” nos lo proporciona el hecho de que estas representaciones de la diosa Victoria hayan sido documentadas en objetos de uso cotidiano como las lucernas.En su expansión por las provincias el tipo iconográfico de la Victoria también se hace presente en las acuñaciones de la ceca de Nikopolis, de época augustea, concretamente en el reverso de los ases (RPC 1364). En ellas, sin embargo se mantiene la iconografía tradicional: abstracción alada vestida con túnica hasta los tobillos que aparece ceñida a la cintura a la forma tradicional de un peplum y sosteniendo una corona. Dicha imagen perdurará en los reversos de las series monetales neronianas. En la misma línea en ocasiones se documentan también personificaciones de dicha diosa, siempre en anversos, portado un tocado con corona muraria (RPC 1365, 1368 y 1370).
Por último, debemos señalar las series conmemorativas que se refieren a la consecuencia directa del triunfo en Actium , el sometimiento de Egipto y su conversión en provincia romana en el 30 a.C. Precisamente a ese triunfo hacen mención las emisiones imperiales que representanen el anverso el busto desnudo de Octaviano y en el reverso un cocodrilo con la leyenda
AEGYPTO CAPTA (RIC I, 275a; RIC I, 275b)

AEGYPTO CAPTA

Post Extenso pero una batalla iconica en la historia mundial lo merece.. ahora si les dejo mi moneda , la cual conmemora la victoria de AUGUSTO en este enfrentamiento.

MACEDONIA. Pella. Augusto, 27 aC-14 d. C.
Diassarion (Bronce, 23 mm, 13,26 g, 12 h), Nonius y Sulpicius. IMP DIVI F / ACTIO Augusto de pie a la izquierda, el pie derecho en la proa, sosteniendo la lanza con la mano derecha y la pañería con la izquierda.
Rev. NONIVS SVLPICIVS II VIR QVINQ Corona sobre silla curulis.
AMNG III, 21. RPC I 1548.

Para Agregar…. 8-| 8-| *s*

El poeta Virgilio describe así la batalla en la Eneida:

:La reina en el centro convoca a sus tropas con el patrio sistro,

y aún no ve a su espalda las dos serpientes.
Y monstruosos dioses multiformes y el ladrador Anubis
empuñan sus dardos contra Neptuno y Venus
y contra Minerva. En medio del fragor Marte se enfurece
en hierro cincelado, y las tristes Furias desde el cielo,
y avanza la Discordia gozosa con el manto desgarrado
acompañada de Belona con su flagelo de sangre.
Virgilio

William Shakespeare también narra la batalla de Accio en su tragedia Marco Antonio y Cleopatra. El autor inglés destaca el honor de los combatientes y narra los antecedentes incluso desde su obra anterior Julio César, donde se cuenta el inicio del triunvirato entre Octavio, Antonio y Lépido, quien cae en desgracia y es encarcelado antes del enfrentamiento naval de los otros dos triunviros.

Por ultimo y para no perder la costumbre ,les dejo un pequeño documental sobre la Batalla de Actium

[swf=http://www.youtube.com/v/77Tk4ditBCE]Link: http://www.youtube.com/watch?v=77Tk4ditBCE


Espero que les guste
Matias

Fuentes:
https://bellumartis.blogspot.com.ar/2014/03/la-armada-romana.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Armada_romana
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Accio
https://espacoastrologico.org/2015/10/17/capricornio-y-el-natalicio-de-augusto/
http://www.tesorillo.com/altoimperio/augusto/augusto.htm
http://losfuegosdevesta.blogspot.com.ar/2015/05/la-decisiva-batalla-de-actium.html

10 comentarios en “Grandes Batallas de la antigüedad-Actium

  1. Me gustó! Tenía un profesor que realizaba maquetas de los barcos griegos y romanos, y era muy cargoso con los tecnicismos de estas naves. Yo prefiero disfrutar las monedas. Van mis puntos del día

  2. @JCBLeoz Me gustó! Tenía un profesor que realizaba maquetas de los barcos griegos y romanos, y era muy cargoso con los tecnicismos de estas naves. Yo prefiero disfrutar las monedas. Van mis puntos del día

    Gracias Juanca , la verdad que no tengo la paciencia para el modelismo , pero como veo interesante la historia bélica trato de dar na relación con la numismatica 😉 😀 8-|

  3. Extraordinario post, un lujo para guardar :O 😀

    La historia tiene cosas maravillosas que superan ampliamente la ficción.

    Julio César fue amante de Cleopatra pero luego de su asesinato prospera en el poder su sobrino nieto Octavio hasta convertirse en el primer emperador de Roma como César Augusto.
    Mientras tanto Cleopatra se busca otro amante romano, Marco Antonio quien se enfrenta políticamente a César Augusto.

    Marco Antonio es derrotado con un final digno de Hollywood:
    “… en la creencia de que Cleopatra se había suicidado previamente, Antonio optó por el suicidio, arrojándose sobre su propia espada, aunque sería llevado aún con vida ante su amante, muriendo en sus brazos. Pocos días más tarde, ante la deshonra que suponía desfilar encadenada en el triunfo de Octaviano, Cleopatra se suicidó, según la tradición, mediante la muerte ritual por mordedura de áspid”.

    Es como si hubiese una especie de mandato post mortem de Julio Cesar hacia su sobrino para vengarse del nuevo amante de Cleopatra y vaya que lo logró.

  4. @simone3ar Extraordinario post, un lujo para guardar :O 😀

    La historia tiene cosas maravillosas que superan ampliamente la ficción.

    Julio César fue amante de Cleopatra pero luego de su asesinato prospera en el poder su sobrino nieto Octavio hasta convertirse en el primer emperador de Roma como César Augusto.
    Mientras tanto Cleopatra se busca otro amante romano, Marco Antonio quien se enfrenta políticamente a César Augusto.

    Marco Antonio es derrotado con un final digno de Hollywood:
    “… en la creencia de que Cleopatra se había suicidado previamente, Antonio optó por el suicidio, arrojándose sobre su propia espada, aunque sería llevado aún con vida ante su amante, muriendo en sus brazos. Pocos días más tarde, ante la deshonra que suponía desfilar encadenada en el triunfo de Octaviano, Cleopatra se suicidó, según la tradición, mediante la muerte ritual por mordedura de áspid”.

    Es como si hubiese una especie de mandato post mortem de Julio Cesar hacia su sobrino para vengarse del nuevo amante de Cleopatra y vaya que lo logró.

    Sin dudas edu , como decís, esta parte de la historia romana , no solo es extremadamente critica en la formación de la historia mundial sino que tiene ingredientes de una buena película yanqui

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