Mucha, mucha gente. Caminata de salmón, ensayando perdonames y disculpes; aromas entremezclados (garrapiñadas, frituras de aceites veteranos, inciensos, desodorantes y más). Acentos brasileños y senegaleses; camisetas varias, calzas, jeanes y un congoleño enorme que, ante el menor descuido, te planta en la espalda un masajeador de mano, que ofrece a modo de ganga a 100 […]