Erase una vez un cambio, bueno por donde se lo mire. Erase un trueque que aparejaba cuatro monedones de plata (señoras monedas, diría mi abuela); antiguas, bien tratadas y llenitas de historia. Erase una operación que requería el sacrificio de una cuantas piezas más o menos exóticas, de un bello dinero peruano -con un insignificante […]
A veces es el tiempo el que condiciona. Y entonces, no se encuentra físicamente hora en las agujas, que pueda usarse para hilvanar alguna lectura que, sin llegar a interesante, pueda, al menos, hacerse llevadera. En ocasiones -nobleza obliga- no es más que pereza (que con más esfuerzo sería la madre de todos los males, […]