Abdul Hamid II, Sultán otomano.

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Fotografía de Abdul Hamid II (21 de septiembre de 1842 – 10 de febrero de 1918)

34º sultán del Imperio otomano (31 de agosto de 1876 – 27 de abril de 1909), depuesto por la sublevación militar de los Jóvenes Turcos para ser sustituido por su hermano, Mehmed V. Fue el último sultán otomano en poseer poderes absolutos

En 1877 estalló la guerra ruso-turca (1877-1878), que terminó en un desastre para el Imperio otomano. Rusia impuso un duro tratado, el de San Stefano, que se sometió a una asamblea europea celebrada en Berlín, que lo aprobó el 13 de julio de 1878, aunque suavizado por los esfuerzos diplomáticos del Gobierno británico de Benjamín Disraeli.

La consecuencia de esta derrota fue el desmembramiento del Imperio otomano, que incluyó la cesión o «arrendamiento» al Reino Unido de la isla de Chipre, y obligado por su debilidad, la admisión del protectorado francés sobre Túnez en 1881. El imperio también tuvo problemas en Egipto, donde un jedive desacreditado, Ismail, tuvo que ser depuesto.

En 1879 estalló una rebelión de corte nacionalista, dirigida por un oficial del ejército egipcio, Ahmed Urabi. Abdul Hamid mantuvo tan malas relaciones con el pachá Urabi, que el Reino Unido aplastó la rebelión enviando sus tropas con el pretexto de «imponer el orden» en 1882, consiguiendo el control virtual sobre Egipto y Sudán, aunque oficialmente siguieron siendo provincias otomanas hasta 1914.
En 1923, la sublime puerta renunció a sus derechos sobre Egipto y Sudán, firmando el Tratado de Lausana. La autonomía de Creta en 1898 y la independencia de Bulgaria en 1908 fueron otras consecuencias de la debilidad turca.

Este sultán restableció el poder absoluto aunque, alertado por los acontecimientos, impulsó la turquificación del Imperio, e incluso inició una tímida modernización del mismo centrada en la construcción de ferrocarriles.
Pero el descrédito y la debilitación continuaron. La sublevación pro-búlgara en la Rumelia oriental provocó la guerra serbio-búlgara de noviembre de 1885 y una nueva crisis oriental de la que salió reforzado el nacionalismo búlgaro.

La insurrección armenia de 1895-98, durísimamente reprimida por los turcos, agravió a la opinión mundial.
Alrededor de 1890, los armenios empezaron a exigir las reformas que habían sido prometidas en Berlín. En 1892 y 1893 se inició una rebelión en Merzifon y Tokat, y Abdul Hamid, a pesar de ser hijo de madre armenia, no vaciló en aplastar esta rebelión con duros métodos, utilizando a los musulmanes locales (en la mayoría de los casos a los kurdos) contra el pueblo armenio. Entre 1894 y 1897, comenzaron las masacres de armenios, que acarrearon la muerte de entre 100.000 y 300.000 ciudadanos, entre hombres, mujeres y niños. El mayor derramamiento de sangre fue en la provincia de Sasun.

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Caricatura europea sobre Abdul Hamid II, caracterizado como sanguinario.

En Mesopotamia y Yemen, las revueltas fueron endémicas; en zonas más próximas, en el ejército se mantuvo una apariencia de lealtad.
La proliferación, a partir de mediados de los años 90, de acciones terroristas en Macedonia provocadas por las distintas facciones nacionalistas (probúlgaras, proserbias y progriegas) hizo que, en 1903, Rusia y Austria impusieran a Turquía la creación de una gendarmería mixta musulmana-cristiana para la región, con oficiales extranjeros a su frente. El levantamiento pro-griego en Creta de mayo de 1896 dio lugar a una guerra greco-turca al año siguiente: el descrédito que todo eso provocó hizo resurgir el nacionalismo reformista y constitucional turco.

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En el verano de 1908 estalló una revolución y el sultán, al enterarse el 23 de julio que las tropas de Salónica marchaban contra Estambul, inmediatamente capituló: el día 24 un decreto anunció la restauración de la constitución suspendida de 1876; al día siguiente decretos adicionales abolieron el espionaje y la censura, y ordenaron la liberación de presos políticos. El 17 de diciembre, abrió el Parlamento turco con un discurso en el que dijo que el primer Parlamento había sido disuelto temporalmente hasta que la educación del pueblo hubiera sido elevada a un nivel suficientemente alto gracias a la ampliación de la instrucción en todo el imperio. Ninguna reforma educativa había sido aprobada en los 30 años anteriores.

La nueva actitud del sultán no lo salvó de la sospecha de intrigar con los elementos reaccionarios del Estado, una sospecha confirmada por su actitud hacia la contrarrevolución del 13 de abril de 1909, conocida como el Incidente del 31 de marzo, cuando una insurrección del ejército derrocó al gabinete.

El gobierno, restaurado por soldados de Salónica, dirigidos por el movimiento llamado Jóvenes Turcos, decidió deponer a Abdul Hamid, y el 27 de abril, su hermano Reshad Efendi fue proclamado como el sultán Mehmed V. El ex-sultán fue confinado a Salónica, en el Palacio de Beylerbeyi, hasta que esa ciudad cayó ante los griegos en 1912.

Abdul Hamid II murió en Magnesia de Jonia el 10 de febrero de 1918, apenas unos pocos meses antes que su hermano.

Mi moneda de este Sultán:

KM# 735 1 Kurush, plata 0.830 peso 1.20 gramos, AH 1293 ( año 27 de reinado 1901) 9.945.000 piezas acuñadas Ceca Estambul (Constantinopla).

Marcelo Gryckiewicz.

Fuentes: Wikipedia, http://www.artehistoria.com/v2/contextos/2715.htm Standard Catalog of World Coins: 1801–1991 (18th ed.). Krause Publications. ISBN 0873411501.

12 comentarios en “Abdul Hamid II, Sultán otomano.

  1. Ahhh Abdul Hamid II… te estaba esperando..!!
    Me hiciste el cartoncito virtual, Marcelo. Tengo una de este sultan que pude clasificar gracias a CoNuVi.

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    Claro que la mia esta algo castigada… :'(
    Buena data… tiempos complicados para el pobre Abdul Hamid II.
    Van puntos y derechito a favoritos. 😀 😉

  2. Fue el último sultán otomano en ejercer el poder absoluto, para lo que no dudó en recurrir a los métodos más crueles y despiadados. Además, era un obsesivo patológico por su seguridad personal: en todo momento estaba rodeado por sus guardias personales, su dormitorio estaba acorazado, tenía varios cuerpos de espionaje que también se espiaban entre ellos, su comida sólo la podía preparar su mujer y, lógicamente, debían probarla sus catadores… (sigue)

  3. Los sirvientes, e incluso sus familiares, fueron víctimas de esta obsesión desmedida: mientras estaba descansando, una de sus hijas pequeñas le dio un susto… sacó la pistola, que siempre llevaba encima, y le pegó un tiro; uno de sus sirvientes murió cuando se metió la mano en el bolsillo para darle fuego; un jardinero fue asesinado porque parecia sospechoso… A pesar de todo, un sirviente trató de matarlo con una daga oculta en un bolsillo y desde aquel día nadie en palacio podía llevar bolsillos. Sólo se permitían los bolsillos a los dignatarios de las embajadas extranjeras pero no podían meterse las manos en los bolsillos…
    ..
    fuente: http://historiasdelahistoria.com/2012/12/06/abdul-hamid-ii-el-sultan-que-prohibio-los-bolsillos

  4. @simone3ar Los sirvientes, e incluso sus familiares, fueron víctimas de esta obsesión desmedida: mientras estaba descansando, una de sus hijas pequeñas le dio un susto… sacó la pistola, que siempre llevaba encima, y le pegó un tiro; uno de sus sirvientes murió cuando se metió la mano en el bolsillo para darle fuego; un jardinero fue asesinado porque parecia sospechoso… A pesar de todo, un sirviente trató de matarlo con una daga oculta en un bolsillo y desde aquel día nadie en palacio podía llevar bolsillos. Sólo se permitían los bolsillos a los dignatarios de las embajadas extranjeras pero no podían meterse las manos en los bolsillos…
    ..
    fuente: http://historiasdelahistoria.com/2012/12/06/abdul-hamid-ii-el-sultan-que-prohibio-los-bolsillos

    😐 :O Que interesante. Gracias por complementar Eduardo. 8-| 😉

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